OYE PAÍS
Los 100 días
Luis Abinader ha asumido la Presidencia en medio de grandes expectativas por los serios problemas que abaten la nación: una pandemia que lleva centenares de muertos y millares de infectados en su haber de apenas seis meses y una crisis económica, producto de la situación sanitaria mundial, que nadie sabe cuándo ni cómo acabará.
Al momento de juramentarse, el Presidente inicia el período de 100 días de acomodamiento y ajuste de las instituciones públicas, que deben marcar su gestión de cuatro años.
No es momento de pan y circo. Las emociones de campaña, el espacio de ofertas y críticas ácidas a contrarios deben ser cosas del pasado. Esto no obvia, claro está, que comprobadas inconductas se deben pagar, donde las haya.
La situación del país hoy es compleja y requiere de mucha inteligencia y disposición política para acometer las acciones que sean, por dolorosas que pudieran resultar, para conjurar la crisis. Cuando Franklin Delano Roosevelt asumió el poder, en 1933, en medio de la gran depresión dijo: “Esta nación pide acción… es mi deber constitucional recomendar las medidas que un país asolado, en medio de un mundo asolado, require”. Su discurso llevó esperanzas al pueblo norteamericano, citan los historiadores de la época, y provocó un cambio de actitud de la gente y comenzaron a revertirse los efectos de la gran crisis. Es desde entonces que universalmente se aplica el concepto de los l00 días como la ‘luna de miel’ que otorga el pueblo a todo nuevo gobierno, una ‘regla de oro’ de la democracia. El presidente Abinader ha emprendido esa ruta.