EL BULEVAR DE LA VIDA
Decálogo para presidentes
A escasas 72 horas para que Luis Abinader Corona asuma como Presidente de la República, para que conste en acta y por consejos no quede, a continuación diez lecciones para gobernar.
Un buen presidente debe:
1.- Recordar la máxima de Abraham Lincoln, que citó el profesor Juan Bosch en 1963: “Un presidente no tiene amigos en su administración”.
2.- Tener presente el consejo que el presidente Truman dio al presidente J. F. Kennedy al este asumir su mandato: “Una vez que uno resulta electo, hay que dejar de hacer campaña”.
3.- Poseer la humildad necesaria para aprender de los clásicos y de la historia “que, si bien no se repite, advierte e inspira”, como planteaba recientemente el consultor en comunicación política, Antoni Gutiérrez-Rubí.
4.- No debe lograr la gobernabilidad a expensas de la impunidad. Viejo error de presidentes latinoamericanos. Cerrar una persiana no impide que salga el sol.
5.- Debe cultivar un pragmatismo razonable sin caer en el cinismo. “La política es el arte de lo posible”, pero solo después de luchar por lo imposible”.
6.- Recordar con el prof. Samir Naim, que en el siglo XXI, “el poder es más fácil de adquirir, más difícil de utilizar y más fácil de perder”.
7. Tomar en cuenta lo que plantea Dache Keltner en su libro La paradoja del poder: “las personas se elevan en función de sus buenas cualidades, pero su comportamiento empeora cada vez más a medida que ascienden”.
8. Curar con baños de pueblo, vino Oporto con moderación y reuniones con amigos de toda la vida, la tentación presidencial de padecer el síndrome de Hubris, cuyo síntoma principal es considerarse imprescindible, y confundir la seguridad en sí mismo y el ego sano, con la arrogancia.
9.- No tomar decisiones de Estado (ni personales) cuando esté molesto, y no improvisar los discursos. (Los mejores discursos jamás fueron improvisados).
10.- Finalmente, aprender de errores ajenos y demorados, entendiendo que sin unidad partidaria no hay victoria, no habrá buen gobierno y menos reelección. Precisamente por esto se recomienda la relectura del Martín Fierro que no quisieron releer los dos PLD, y así les fue:
“Los hermanos sean unidos porque ésa es la ley primera Tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos se pelean, los devoran los de afuera”’.
Con su premiso.