ORLANDO DICE
El ahora difícil
Armar un equipo político y llevar a cabo una campaña electoral no es tan difícil: hay gente experta y con oficio. Ganar unos comicios tampoco lo es, puesto que se ganan cada 4 años, y algunos no se conforman con un período, y repiten.
Organizar un gobierno sí que es difícil, muy difícil, ya que los intereses no esperan que los llamen, se presentan solos, y cuando no exigen, presionan.
Situación que se da a nivel personal, pero también corporativo. Y no es lo mismo el compañerito de las bases con su folder debajo del brazo y su aire de licenciado, que un grupo económico.
El que come de fiado en algún momento la pulpería le pasa la cuenta.
Luis Abinader formó su equipo, llevó adelante su promoción, ganó la contienda y ahora deberá escoger a los hombres que le harán compañía durante su mandato.
Hubo desde un principio y se van conociendo ahora titulares que se caían de la mata. Gente de su confianza o que hizo el trabajo, y que ahora –se supone– deberá disfrutar de las mieles del poder.
El personal que –por el momento– se conoce va a altos cargos, llena expectativas, y en una circunstancia que demanda más de lo normal.
Solo hay que pensar en lo que significa manejar un vehículo en que al mismo tiempo que se pasa cambio, se pone la emergencia. Más que imposible combinación de pandemia, crisis económica y corrección ética.
Así se van llenando las jarras con leche fresca.
Aunque no ha sido del todo placentera la tarea, y se producen escarceos respecto a determinadas posiciones, incluso hasta por capricho. Turismo, por ejemplo, pero parece que también Deportes y Cultura.
O falta conocimiento o experiencia o relaciones o calificación. La prudencia puede, el cuidado ayuda, pero la incomprensión es flor salvaje que afecta el mejor de los jardines.
Dar tiempo al tiempo no es el ánimo más adecuado, y habrá de cortarse por lo sano. Entretanto los tuits con categoría de decretos se congelaron, y no todos saben esquiar en hielo frágil.