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PUNTO DE MIRA

Leonel es capicúa electoral

Sin importar el pro­tocolo con que se realicen, las en­cuestas van y vie­nen arrojando po­sicionamientos disímiles, pero en cada una de ellas, es decir, en todas, Leonel Fernández fi­gura como el epicentro de la campaña electoral con un cla­ro ascenso que no solo asegura una segunda vuelta, sino posi­bles cambios mayores.

Leonel Fernández es la sorpresa de la temporada. Superó el plan de aniquila­miento en su contra y sigue ascendiendo.

La muestra de eso la ofre­cen no solo los números de las encuestas, sino las ex­presiones y movimientos que se perciben entre todos los partidos.

El PRM era todo carame­lo con Fernández, cuando le atribuían un tercer lugar, y entendían que una segun­da vuelta provocaría y los votos de la Fuerza del Pue­blo caerían por gravedad en su faltriquera; del lado del PLD era toda altanería y desprecio. Pero eso ha gi­rado a lo opuesto. La polí­tica del PRM cambia y en el partido oficial sienten pasos en la azotea. Muchos diri­gentes se arrepienten de sus conductas. Una victoria del PRM los barre del gobierno y cosas peores. Hay pánico no confeso.

Las bases del PLD son otra cosa. Se han identificado con su liderazgo, que guío las vic­torias del PLD sin cuestiona­miento ni alteración de la unidad interna. También ese apoyo masivo es porque les garantiza sus empleos.

El grupito de empresa­rios instalados en el Palacio hizo trampas a Leonel, para sacarlo de competencia, pe­ro logró sobrevivir y su figu­ra refulge. Este periodo de la pandemia evidencia su mente bien organizada pa­ra trazar decisiones certeras y oportunas.

Todos auguran un cala­mitoso período del 2020 en adelante, sobre todo en la economía. Leonel, además de haber superado crisis na­turales, ha enderezado la economía varias veces, so­bre todo luego del paso de Hipólito. La experiencia es su aval de triunfo.

Otro detalle es que nun­ca vitupera, sino que plan­tea soluciones. Como dice un amigo perredeísta: “Es el más fino político de nues­tro tiempo”. Ni siquiera sus más agresivos adversarios han sido blancos de pala­bras mordaces. Es fácil ha­cer unidad con él.

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