Legión

En Marcos (5, 1-20) aparece el término legión y no precisamente para referirse a la principal división del ejército romano compuesta de unos 6.000 hombres, sino a lo que el demonio respondió con su nombre al ser preguntado por Jesús de cómo se llamaba porque eran muchos, que José María Rodríguez Olaizola sj los describe así:

1. Envidia, si te muerde te incapacita para disfrutar con la alegría compartida;

2. Vanidad, hace que cuanto más alto estés, en lugar de ver mejor aprovechando la perspectiva, conviertas todo en un espejo donde únicamente se vea propia imagen;

3. Rechazo, por el cual las personas se vuelvan inseguras, frágiles, y deja heridas difíciles de curar;

4. Burla, humilla a los débiles, a los heridos, a los más desprotegidos, aunque suele disfrazarse de humor, alimentándose de lágrimas tristes haciendo duros a quienes la acogen;

5. Rencor, si se acoge desgasta, encierra en una prisión de memorias y agravios que parecen siempre presentes;

6. Soberbia, reina de la confusión que seduce a los débiles y los viste de reyes, les escucha y lisonjea hasta que ya no saben hacer otra cosa que hablar, convencidos de poseer todas las verdades;

7. Egoísmo, susurra constantemente al oído una canción pegadiza: “sólo tú eres importante”. Tiene que ser una legión que aun siendo seducidos por ellos llevan las de perder porque muy dentro nuestro está la semilla de un Dios que nos libera, que disipa las tinieblas y que nos invita a esperar contra toda esperanza.