Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

PEREGRINANDO A CAMPO TRAVIESA

Nuestra parte de culpa ante el ateísmo

Avatar del Listín Diario
Manuel Pablo Maza Miquel, S.J.Santo Domingo

Muchas veces mi vida discurre en ambientes piadosos. Frecuento personas que llevan adelante en sus vidas una práctica religiosa. Pero también me encuentro con hombres y mujeres que jamás se plantean las grandes preguntas de la existencia: ¿qué sentido tiene la vida? ¿Acaba todo con la muerte? ¿vale la pena hacer el bien, aunque me vaya mal? ¿Por qué sufrimos? ¿Acaso existe Dios? ¿Por qué hay tanto mal en el mundo?

Cuando Pablo habló en el Areópago acerca de la resurrección, algunos se burlaron, otros le expresaron: --sobre esto te oiremos en otra ocasión-- (Hechos 17,32).

Conozco mucha gente afana por el boleto de avión que debe comprar, pero que nunca se plantearían las preguntas del párrafo anterior. No les molesta el sol de la existencia: hace años metieron la cabeza en un hoyo cómodo.

Cuando hablo en confianza con amigos avestrúcicos, se quejan de la forma en la cual se les ha planteado lo que ellos llaman “la religión”. Mucha gente seria vive un ateísmo práctico. El Concilio Vaticano II, en cierta medida, nos señala a nosotros mismos los católicos y particularmente a los que ocupamos posiciones de liderazgo, como una de las causas de este fenómeno:

“Quienes voluntariamente pretenden apartar su corazón de Dios y soslayar las cuestiones religiosas, desoyen el dictamen de su conciencia y, por tanto, no carecen de culpa. Sin embargo, también los creyentes tienen en esto su parte de responsabilidad. Porque el ateísmo, considerado en su total integridad, no es un fenómeno originario, sino un fenómeno derivado de varias causas, entre las que se debe contar también la reacción crítica contra las religiones y, ciertamente, en algunas zonas del mundo, sobre todo contra la religión cristiana. Por lo cual, en esta génesis del ateísmo, pueden tener parte no pequeña los propios creyentes, en cuanto que, con el descuido de la educación religiosa, o con la exposición inadecuada de la doctrina o incluso con los defectos de su vida religiosa, moral y social, han velado más bien que revelado el genuino rostro de Dios y de la religión”. Concilio Vaticano II, Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual, No. 19. Me gustaría exponer aquí algunos puntos de la fe cristiana que históricamente han ofrecido especial dificultad.

Tags relacionados