ORLANDO DICE...

Cada cual con su azada al hombro

Ahora que el PLD puso 11 precandidatos a la presidencia de la República a luchar en su cuadrilátero interior ¿qué hará la oposición?

Advertí en su momento que no se metiera muy hondo en el pleito de la reelección, que era un asunto -en cierto modo- ajeno.

Que si los peledeístas le encontraban la vuelta, como a otras muchas situaciones, podría verse atrapada en la circunstancia, en medio del camino.

Cuando en una encuesta preguntaron quién fue más decisivo en echar a pique la reforma, Leonel Fernández se llevó las palmas.

En política no hay que dejarse engañar por burbuja, que no es agua, ni jabón y menos espejo de sol.

La experiencia viene a caso porque la tentación no se controla y comete errores que debió superar desde una primera vez.

La carrera o confrontación entre 11 no es una disputa de cartones como en el bingo, y no tiene sentido que se participe desde fuera a favor o en contra de esas opciones.

Y eso se está viendo, y se presume que al paso de los días aumentará ese loco afán de atajar para que otro enlace.

Los precandidatos peledeístas se tienen demasiadas ganas para descalificarse según las necesidades del posicionamiento.

Y si deben sacarse trapitos al sol, que sea cosa de ellos.

Al final de los finales quedará uno en contienda, y contra ese que defenderá los colores del partido de gobierno es que deberán usarse todas las armas.

Las buenas y las malas.

Contrario a lo que se cree, se conocen más de lo que se imagina, y la nobleza se obliga en estos casos a un retiro táctico a fin de que todo fluya.

La maldad, la perversidad, la bellaquería.

Los mexicanos idearon una expresión terrible: Todos son peores. Solo que por ahora todos serán peores para los peledeístas que deberán decidir cuál es menos peor.

El 6 de octubre no está tan lejos, y el 6 de octubre se sabrá a cuál enfrentar. Lo de ahora no será más que gastar pólvora en garza.

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