ORLANDO DICE...
Entre celo y recelo
Gonzalo Castillo tenía el pasado miércoles una actividad de recaudación de fondos para su campaña en un hotel de la capital en que Charles Mariotti ofrecía una cena-conferencia.
Quienes llevan contabilidad dicen que el aporte máximo en la de Castillo era de 5 millones de pesos y en la de Mariotti 50 mil pesos por cubierto.
A ambos les fue bien, pues se vendieron todas las taquillas, de manera que no se le puede negar a ninguno poder de convocatoria.
Claro que donde se habla de millones, hay que decir apártate, pero no debe olvidarse que con miles se hacen millones.
Pero ese no es el quid del asunto, ese no es el chisme que se sazona en los mentideros políticos. Lo que se murmura (¡ay Pedro Infante, cuánto daño hiciste a la humanidad !) es la complacencia.
Lo bien que se sintieron rindiéndose mutua pleitesía.
Los enchinchadores no pierden tiempo, quieren provocar pleito, y echan a correr que Reinaldo Pared está como el diablo.
Y el diablo nunca está de buenas, sino de malas.
Castillo es competencia de Pared en las internas del sector Danilo Medina y Mariotti jefe de campaña de Pared. A juicio de perversos se juntaron vinagre y aceite, y la ensalada se parece a Pared.
¿Qué fue lo que realmente pasó? El ex ministro de Obras Públicas llegó temprano a su acto y se enteró de que el del senador de Monte Plata no había empezado.
Subió de la tercera a la quinta, pero no lo encontró. El compañero y amigo se refrescaba o descansaba en una habitación.
Cuando Mariotti reapareció se le informó e igual se le aconsejó reciprocar la cortesía, y eso hizo. Los celulares de última generación gustan más de sacar fotos que de hablar.
Y las fotografías, como imágenes, dicen más que mil palabras. La cercanía se ve a leguas, y se entiende la reacción callada de Reinaldo Pared.
No será de celo, que tampoco hay que exagerar, pero la cuerda, además de fastidio, provoca recelo.