Danilo, Leonel y la Tercera Ley de Newton

La llamada de Mike Pompeo a Danilo Medina puede tener diversas lecturas, todas condicionadas por el color del lente utilizado.

Pero que en esa coyuntura el Departamento de Estado divulgara la nota dando la información no deja espacio a interpretaciones, y refleja claramente que sectores importantes del establishment estadounidense objetan una modificación constitucional para propiciar un tercer período consecutivo del Presidente.

Y si bien somos un país soberano y compete a los dominicanos resolver nuestros problemas, no debe ignorarse el impacto que tienen en la política y la economía del país los designios de ese “norte revuelto y brutal que nos desprecia”.

El presidente Medina insiste en que aún no toma una decisión respecto a la reelección. Pero ante el actual estado de crispación y las manifiestas objeciones de algunos poderes fácticos, habría que esperar que se imponga su proverbial prudencia y sensatez, y decida abandonar la idea de una modificación constitucional… Al menos de momento.

Las circunstancias pueden y van a cambiar. Pero de momento la reforma luce casi imposible. Ni para habilitar a Danilo a efectos inmediatos ni para después del 2020. No cuenta con licencia social ni con votos en el Congreso…

Pero sobre todo tiene de frente la rabiosa, irracional y desenfrenada oposición de las minoritarias huestes orientadas por el expresidente Fernández.

Gente que no ha tenido límites a la hora de enfrentar, no sólo una reforma constitucional, sino al Gobierno, sus funcionarios y al propio presidente Medina…

Han hundido puñales hasta los tuétanos y transformado en radicales adversarios a compañeros de partido que simpatizan con otras ofertas electorales, así como a quienes al margen de las disputas partidarias no suscriben el proyecto político que pretende llevar a Leonel por cuarta vez a la Presidencia de la República.

Que es al final lo que defienden: el proyecto electoral leonelista.

Por mucho que repitan que su lucha es en defensa de la Constitución, la realidad es que se trata de una disputa por la nominación presidencial del PLD y por la primacía de un liderazgo sobre otro… Nada más y nada menos. Lo demás son patrañas politiqueras.

Ahora ese leonelismo bravucón anda de fiesta.

Entienden que los últimos acontecimientos sepultan definitivamente la reelección… Y puede que tengan razón.

Todo indica que esa minoría logrará imponerse a la mayoría danilista y evitará una reforma constitucional… Solo deben saber que será una victoria pírrica, y que las bajas sufridas les alejan aún más de su objetivo, que se supone es prevalecer en una guerra que solo ganan si retornan al Palacio Nacional con Leonel a la cabeza.

El desorden frente al Congreso y la pretensión de desnaturalizar el talante democrático de Danilo no quedarán sin consecuencias. Esas estratagemas tendrán un costo.

En política también aplica la Tercera Ley de Newton.

Solo que no siempre la reacción en sentido contrario es de igual magnitud… A veces puede ser más intensa y devastadora.

Y aunque es probable que la ceguera del momento les impida ver la dimensión de sus errores y desafueros… Tiempo tendrán entre octubre y mayo para lamentarlos en su justa dimensión.