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ORLANDO DICE ...

Matemáticas pardas y resbalosas

Aunque se supone un pleito entre compadres, al que ahora se agrega una comadre, todos viviendo en la misma vecindad, las matemáticas saldrán embarradas. Y de mala manera.

Los números son los números y dos debe ser un dos en cualquier circunstancia, y con dos más cuatro y otros dos, seis.

Así era por lo menos antes de llegar la reelección de Danilo Medina del 2020. Aunque saca cabeza, todavía no sale a la calle, y fuera de escenario cuentan a más, cuenta a menos.

El dominicano no era bueno en matemática, y vale para álgebra y para trigonometría, pero ahora sucede que los políticos se queman en la aritmética de preprimaria.

Los diputados no son excepción, y no es igual la contabilidad de Henry Merán que la de Elpidio Báez. A Merán, con ábaco, la reelección se queda corta. A Báez, con calculadora de bolsillo, se sobra.

No se conoce el profesor de uno ni de otro, pero no hay dudas de que no corregían tarea ni creían que “con sangre la letra entra”.

La situación sin embargo aparenta amena. El almuerzo en El Lago da a entender que la Constitución está blindada y que no hay manera de convencer una mayoría.

Los diputados de Fernández parece que no solo hablaron por ellos, sino también por los demás que no fueron invitados y que se asumen de principios.

Ahora, pensando como los locos (y se atribuye esa condición a los científicos), si la reelección no encuentra cabida en el Congreso Nacional ¿no debe volver al partido, a los organismos, a donde se decidió la vez anterior?

Posiblemente se está juzgando afuera un asunto que debe ser conocido y resuelto adentro.

El Lago no es Casa Presidencial, donde se reúne el Comité Político, ni Casa Nacional - salón Bienvenido Sandoval - que sirve a los fines del Comité Central.

Metro hizo historia y toda una maravilla en ocasión pasada, aunque difícilmente el dueño de entonces -- y que sigue siendo dueño ahora -- preste su villa.

Los huéspedes salieron ingratos, no agradecieron el favor, ya que cuando el anfitrión se vio en apuros, no dieron la cara y tuvo que jugársela solo.

El hotel cercano que da al malecón, igual de oportuno para resolver las primarias. El problema no es de lugar, es de números que equivocan los escenarios.

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