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POLÍTICA Y CULTURA

Cuando la táctica se tragó la estrategia en 1970

En 1970 el Gobierno del Dr. Joaquín Balaguer, zarandeado por contradicciones internas que se expresaron alrededor del sector capitaneado por el Lic. Augusto Lora, Vicepresidente de la República y por el Síndico de la capital, Guarionex Lluberes Montás, y a la vez, enfrentado por el PRD dirigido por José Francisco Peña Gómez, en una alianza con el sector del General Wessin y el Movimiento Popular Dominicano, dirigido por Maximiliano Gómez, al cual se sumaba eventualmente como componente de alto riesgo, la conspiración, no suficientemente conocida, de Ramfis Trujillo, quien había logrado el apoyo de la mayoría de la oficialidad de la base militar de San Isidro y una insólita adhesión de un sector de los militares constitucionalistas de abril del 65, estuvo al punto de ser derribado poniéndole fin a las pretensiones reeleccionistas de entonces, que se convirtieron en la piedra de toque de diferenciación de la lucha opositora.

Factores aleatorios intervinieron para torcer lo que parecía el rumbo de un cambio en el ordenamiento político del Estado. Ramfis Trujillo muere el 28 de diciembre de 1969. Augusto Lora ante la debilidad política de su influencia en el frente, que de hecho estaba gestándose para tumbar a Balaguer y aprovechar el abstencionismo del PRD y otros grupos de oposición, funda el Movimiento de Integración Democrática, creándose una ilusión, basada en el descontento masivo del pueblo, de que era posible ganarle unas elecciones a Balaguer en esos momentos y enfrentar airosamente los mecanismos fraudulentos.

El Movimiento Popular Dominicano secuestra al Agregado Militar norteamericano, y repone sin advertirlo, la vieja contradicción con los norteamericanos, facilitándole a Balaguer azuzar el expediente de la inminente amenaza comunista. El desbande fue total.

El Departamento de Estado que estaba dubitativo con la reelección, y que había sido víctima de un intento de secuestro de su Embajador en el país por parte del General balaguerista Ney Tejeda Álvarez, siendo Jefe de la Policía, en una extraña jugada autorizada por Balaguer, que nunca ha sido explicada satisfactoriamente, y que estaba al tanto del coqueteo de Balaguer con Ramfis y su permisibilidad ante sus aprestos conspirativos, se reconcilia con la reelección y se intimida ante la audacia de los jóvenes revolucionarios del MPD, desatando el exterminio de esa combativa organización. Aunque el MPD hizo la operación del secuestro del agregado militar Donald J. Crowley, bajo el rótulo de “Comando Anti reeleccionista”, los anti reeleccionistas wessinistas, los del Mida de Lora, y el PRD, reaccionaron desligándose de cualquier vinculación con ese Frente conspirativo que se enfrentaba a Estados Unidos, priorizando una fase estratégica no prevista y rememorando acciones de los grupos guerrilleros latinoamericanos.

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