PASADO Y PRESENTE

¿Fue Mella imprudente?

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Juan Daniel BalcácerSanto Domingo

Una advertencia de Francisco del Rosario Sánchez y Vicente Celestino Duarte a Juan Pablo Duarte, mientras éste se encontraba en Caracas durante su primer exilio, concitó la curiosidad del apreciado amigo y reconocido periodista Geomar García, quien hizo circular entre sus contactos en las redes la línea con el comentario de los insignes revolucionarios sobre su compañero de lucha Ramón Matías Mella. La advertencia figura en una carta de 1843 en la que Sánchez y Vicente Celestino informaban a Duarte sobre la coyuntura política efervescente, favorable a la causa independentista en que se encontraba la sociedad dominicana y por tanto le urgían que agilizara sus gestiones en procura de ayuda, tanto financiera como de pertrechos militares, para llevar a cabo exitosamente el golpe revolucionario. A continuación, la célebre misiva:

“Santo Domingo, 15 de noviembre del 1843.

“Juan Pablo:

“ÖCon el señor José Ramón Chaves Hernández te escribimos con fecha del 18 de noviembre imponiéndote del estado político de esta ciudad y de las necesidades que tenemos de que nos (consigas) auxilios para el triunfo de nuestra causa. Ahora aprovechamos la ocasión del señor Buenaventura Freites para repetirte lo que en las otras te decimos por si no hubieren llegado a tus manos.

“Después de tu salida todas las circunstancias han sido favorables de modo que sólo nos ha faltado la entera combinación para haber dado el golpe. A esta fecha los negocios están en el mismo estado por lo que te pedimos, así sea a costa de una estrella del cielo, los efectos siguientes:

“2,000, 1,000 o 500 fúsiles a lo menos, 4,000 cartuchos, 250 libras de pólvora, 3 quintales de plomo, 500 lanzas o las que pudieres conseguir, los utensilios de guerra que pudieres.

Sobre el dinero tú sabes más que ninguno lo que puede necesitarse; en conclusión, lo esencial es un auxilio por pequeño que sea, pues éste es el dictamen de la mayor parte de los encabezados.

“Esto conseguido deberás dirigirte al puerto de Guayacanes siempre con la precaución de estar un poco retirado de tierra, como una o dos millas, hasta que se te avise o haga seña, para cuyo efecto pondrás un gallardete blanco si fuere de día y un farol arriba del palo mayor si fuere de noche.

“Determinado todo esto procurarás, si te fuera posible, comunicarlo a Santo Domingo para irte a esperar a la costa el 9 de diciembre o antes, porque es necesario temer a la audacia de un tercer partido o de un enemigo nuestro, estando el pueblo tan inflamado.

Ramón de Mella se prepara a ir para allá, aunque nos dice que va para Saint Thomas y no conviene que te fíes de él, pues él es el único que en algo nos ha perjudicado nuevamente por su ciega ambición e imprudencia.

“Aquí se ha ordenado el ejercicio de la Guardia Nacional, y una tarde por haber salido de la línea un soldado el señor Coronel Alfau le dio de fuetazos, pero se escapó de un bayonetazo milagrosamente y ha tenido el triste desengaño de verse acometido de casi todo el primer batallón y no ver más que a su hermano Abad en su defensa.

“A Juan Isidro Pérez y Pedro Pina que reciban todas las expresiones de cariño que podríamos hacerle si los viéramos y que no les escribimos por separado por falta de tiempo.

Juan Pablo, volvemos a repetirte la mayor actividad, a ver si hacemos que el mes de diciembre sea memorable para siempre.

“Dios, Patria y Libertad, Francisco Sánchez y Vicente Celestino Duarte”.

Tácticas diferentes. Como en todo grupo o partido político en el que militan miembros de diferentes clases sociales, a despecho de los postulados ideológicos comunes, casi siempre afloran diferencias en torno a los medios más idóneos para acometer y cristalizar determinados objetivos de la organización. Puede haber, incluso, diferencias de matices ideológicos, y hasta ciertos miembros pueden resultar más agresivos que otros al momento de aplicar en la praxis algunos de los presupuestos teóricos y programáticos enarbolados por la entidad a la que pertenecen. Pues bien, dentro de La Trinitaria, un grupo político de jóvenes nacionalistas que juraron luchar contra la dominación haitiana y proclamar un Estado libre y soberano bajo el nombre de República Dominicana, existió un ala radical y otra algo más conservadora en cuanto se refiere a los métodos que debían aplicarse, sobre todo para enfrentar de manera fulminante a los conservadores pro anexionistas. Duarte, Pina, Pérez, Mella y Serra, por un lado, componían el núcleo radical, mientras que, por el otro, Sánchez, Vicente Celestino, Alfau, Ruiz y Ravelo, integraban el ala más conservadora. En modo alguno, esta división implica que entre ellos había contradicciones de tipo irreconciliables, jamás; solo que, en determinadas circunstancias, surgieron opiniones divergentes en torno a la manera como debían enfrentarse ciertas coyunturas. Cuestión de tácticas diferentes, se dirá. Continuaré con el tema...

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