Teclazos
La Cámara de Cuentas, del aumento de salarios a la auditoria de la OMSA
La Cámara de Cuentas tiene dos temas en su contra esta semana: uno es el aumento del 20% (en el caso del presidente) del salario aprobado por los miembros del organismo, y el otro es la esperada auditoría a la Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses (Omsa).
El problema con la Cámara de Cuentas y sus miembros es que hace unos meses habían advertido de dificultades económicas para cubrir las auditorías a las obras construidas en el país por la empresa Odebrecht, una pieza técnica fundamental para la acusación que prepara el Ministerio Público contra pasados funcionarios públicos y empresarios, envueltos, supuestamente, en el esquema de sobornos de la constructora brasileña.
Con esa declaración aun en caliente, la de que no tenían fondos para realizar todas las auditorías, llega el incremento salarial. Un aumento que de plano plantea la pregunta de si RD$350 mil pesos al mes no le son suficientes para vivir a funcionario público (RD$312 mil en el caso de los miembros simples). Aquí podemos insertar, en cualquier momento, la explicación de que se trata de un ajuste avalado por el Ministerio de Administración Pública, o que en realidad el aumento comenzó en la administración anterior. Lo que usted quiera. Pero igual resulta escalofriante que servidores públicos puedan tener salarios de estas magnitudes. Y más aun que otra de las excusas sea que no lograban un aumento desde el año 2014, como si estuviéramos hablando de hace 20 años.
Es increíble la facilidad con la que algunos funcionarios o políticas se creen sus excusas. El problema, y lo que más molesta, es que intenten que se las entandamos.
Y luego está la auditoría de la OMSA, esa que desde hace tantos meses ha cacareado Hugo Álvarez, presidente de la Cámara, advirtiendo de hallazgos grandes y preocupantes. Sonando a sirena que informa lo peor. Y aquí está el problema otra vez: no terminan de llegar esas “sorpresas desagradables”.
La OMSA está siendo investigada porque un grupo de funcionarios, incluido aquí su pasado director, Manuel Rivas, es acusado de corrupción administrativa. Una corrupción que camina justo al lado del asesinato del profesor universitario Yuniol Ramírez, quien denunció los actos dolosos contra el Estado y terminó atado a varios blocks en un arroyo de Manoguayabo.
Ojalá que la auditoría vea la luz pública pronto. Y que el invento de los salarios sea reconsiderado.