SONDEO
Bien por Amet
El tintado en los cristales de los vehículos, que en lo personal no me gusta, se ha convertido en el país en una necesidad colectiva, por una razón elemental de seguridad. Así como por falta de agua el ciudadano que puede ha tenido que construir una cisterna; el deficiente sistema eléctrico ha obligado a la compra de plantas y de inversores, y mucha gente tiene que agenciarse con vigilantes privados la seguridad que el Estado no le garantiza; de igual manera, el tintado en los cristales de los autos ha sido una salida práctica y más a la mano para que las personas indefensas se sientan menos expuestas a los delincuentes en las calles. ¿Que detrás de un cristal entintado se puede ocultar un delincuente? Es cierto, pero lo es mucho más - y más significativo- que si dentro del auto va una mujer sola, un señor de cierta edad o una familia completa y el delincuente no sabe quién esta dentro ni cuántos son, lo natural es que lo piense dos veces antes de aventurarse a asaltar ese auto. El solo hecho de que tras el cristal tintado pueda ir un peje gordo bien armado o bien protegido, es un disuasivo para la delincuencia y un elemento de garantía para el ciudadano común e indefenso. Y así como se plantea que “es mejor un culpable suelto que un inocente preso”, asimismo creemos que es mejor un delincuente tras un cristal tintado (que las técnicas de los organismos policiales y de seguridad se deberán encargar de ubicar y de apresar), que un conductor desprotegido y al alcance fácil de atracadores que se desplazan como dueños de las calles. Lo primero -igual que el uso de ropa militar por civiles, que está prohibido- es qué cosa que esté prohibida (el material para el tintado de cristales no lo está) no debe pasar por Aduanas y ser vendida libremente en las tiendas de ropa y de autoadornos. La Amet, cuyos agentes hacen un trabajo duro, a agua, sol y sereno, y muchas veces mal entendido por la población, tiene muchas cosas en qué ocuparse, para estar distrayendo tiempo en cosas improcedentes, poco prácticas, nada inteligentes y fuera de la Ley 63-17, como los operativos eventuales de fiscalizar conductores por el tintado de los cristales de sus vehículos. Por suerte - y aunque fuera tras críticas y quejas ciudadanas, y de un editorial y un reportaje a página completa del Listín Diario -la dirección actual de la Amet, que ha estado siendo muy receptiva y dinámica en su trabajo, lo ha entendido, y el 6 de junio le mandó un enérgico comunicado a supervisores y encargados de áreas, sobre la prohibición de fiscalizar a los conductores por el tintado de los cristales, que es ilegal, y advirtiendo las consecuencias de inobservar la disposición. ¡Felicitación a la Amet!