Publicidad y deportes

Cronistas deportivos de mucha reputación en el país han expresado su preocupación en torno al poco apoyo comercial que están recibiendo las transmisiones deportivas de radio y TV que se llevan a cabo localmente.

Muchos plantean que la razón del desinterés obedece a que las marcas de mayor presupuesto publicitario ahora están buscando otras alternativas de colocación, y además que las competencias que antes se expresaban a través de sus disputas por el patrocinio de estos eventos, ahora tienen otros escenarios de lucha.

También se dice que no existe mucha identificación entre los ejecutivos que manejan los presupuestos en las empresas y estas actividades.

En fin, sobran las especulaciones en torno a este descenso que tanto afecta a medios, periodistas y promotores de estos eventos. Lo cierto es que tanto las transmisiones de baloncesto del Distrito Nacional y de Santiago, así como las transmisiones por TV de la NBA y MLB, que son eventos grandiosos que tienen grandes seguidores en el país y que son los de mayor calidad deportiva, cada vez cuentan con menos apoyo.

No sé si el cierre de la estación ESPN que tenía una programación exclusivamente deportiva y que dejó sin trabajo a una importante cantidad de profesionales de la crónica deportiva, también tuvo que ver con esta situación; pero lo cierto es que el proyecto no pudo subsistir a pesar de la buena audiencia que tenía entre los seguidores de esta actividad y la calidad misma de su contenido.

De todos modos, pienso que son pocos los espacios de radio y TV que superan cuantitativamente a los eventos deportivos importantes que se transmiten en el país. Tal como dice Félix Decena, el Gross Rating Point que se obtiene de los eventos deportivos es insuperable a la mayoría de los contenidos de TV y radio de otra naturaleza. Es que en términos cuantitativos los espacios deportivos garantizan buenas recepciones. El béisbol y el baloncesto tienen un altísimo impacto en públicos masivos. Delante de un televisor con un partido de pelota en un colmadón puede haber 30 ó 40 personas al mismo tiempo. No ocurre lo mismo en una casa con una familia promedio de 4 ó 5 miembros. Por tanto, como bien plantea Félix Decena, la medición no se puede realizar bajo el método de televisores encendidos.

De todos modos, parece que se debe profundizar en los análisis y establecer con propiedad qué está sucediendo con la industria publicitaria que cada vez se aleja más del deporte en República Dominicana, para de ese modo tratar de contrarrestar el desinterés y rescatar el apoyo comercial de los mismos.