Duros de cerviz

Al decir duros de cerviz, tenemos que decir duros de cabeza.

Es una expresión bíblica que siempre me impacta, es una expresión que Dios dice al pueblo de Israel, que siempre querían seguir sus propias ideas, no las que eran mejores; Dios les mostraba un camino, las leyes morales también les mostraban un camino, pero ellos iban por lo que es inmoral; les decían cuál debía ser el camino y ellos se volvían duros de cerviz, duros de cabeza.

También está la expresión, duros de corazón, que van unidas, pero las ideas son las que te deben llevar a mover el corazón, entonces tu cabeza se endurece, tu corazón se endurece y tú terminas mal en tu camino.

Esas frases bíblicas aplicadas al pueblo del Antiguo Testamento valen también para nosotros, duros de cabeza.

Sabemos cuál es el camino que debemos seguir, pero no lo hacemos, duros de corazón, no nos ablandamos ante el problema de los demás.

Cuántas veces hay que trabajar y cuántas veces hemos visto en nuestra existencia a los que son duros de cabeza, no cambian, sus mentes y sus ideas son perniciosas y son duros de corazón. Por eso, hasta que no se cambie la mente, el corazón, por los valores, por aquello que nunca cambia, aunque se diga que eso sea atrasado, no podemos avanzar. Que Dios nos dé corazón de carne y cabezas de cerebros, no de piedras.

Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.