FUERA DE CÁMARA
¡... Ahí nos vemos!
Estoy regresando hoy de un violento viaje a Roma para aguijonear la candidatura dominicana a la presidencia del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (Fida), que no podía quedar mejor representada que en Josefina Stubbs, bella mulata nacida y criada en Samaná que ha dedicado los últimos 30 años de su vida a luchar por el desarrollo rural en todo el mundo.
No ganamos... ¡Pero sí ganamos! Porque derrotamos la insidia, la trapacería diplomática más ruin, las malas artes de gente que ni siquiera con las aguas del río Bravo en el cuello, casi ahogándose, es capaz de dar solidaridad regional ni de reciprocar con un gesto amistoso el apoyo que reclama.
La diplomacia moderna --en un desarrollo apuntalado por la tecnología y el contacto directo entre los jefes de Estado--, acusa, sin embargo, las mismas máculas que siglos atrás. Aquellos tiempos de traiciones, negociaciones a escondidas del interés nacional como el taimado Talleyrand en inteligencia con los rusos a contrapelo de su Francia natal, se repiten con más frecuencia de lo deseado.
Se verifican las competencias más absurdas en la carrera por ocupar las posiciones en los organismos multinacionales, pero también las alianzas más inesperadas. Como para el abrazo se asume la misma posición que para la puñalada trapera, el ojo avizor debe estar a la orden del día. Aún así, las partidas nunca deben darse por ganadas de antemano.
En su etapa democrática, el país apenas se reinserta en esa diplomacia de aventuras, zancadillas y promesas incumplidas. En la época de la dictadura trujillista, nos las sabíamos todas... Si no por la fuerza, al son de las papeletas se bailaba música dominicana en la región.
... A regañadientes Poco a poco hemos ganado experiencia, como ya ocurrió dos veces con las aspiraciones nacionales para un puesto no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, la presidencia pro tempore de la Celac, y ahora en el Fida.
Aunque arrancamos con tiempo a la búsqueda de una posición para la que esa mulata caribeña, con alma de fina estampa, reunía credenciales profesionales impecables sumadas a un conocimiento profundo de las complejidades del mundo rural en los países en vías de desarrollo, México se cruzó en el camino casi en la recta final...
... Aspiración válida la del país azteca y que replica una práctica habitual en sus designios para copar posiciones internacionales, aunque dividió el voto regional. Consecuencia: se coló el prospecto de Togo a quien, en la segunda vuelta, la República Dominicana dio su apoyo mientras México se decantaba, perdidoso doblemente, por Italia y la promesa de la vicepresidencia ejecutiva.
¡... Hambre de justicia! Razones de geopolítica y conveniencias con eco local pueden más que la capacidad de un candidato, dejados de lado también programas que efectivamente se ajustan a las metas fundamentales de organizaciones que, como el Fida, buscan cerrar la brecha entre países pobres y ricos. Un puesto internacional de prestigio puede obrar milagros una vez se retorna al ruedo político en la nación de origen.
En este caso particular, la eliminación del hambre se erige en causa primordial y hay el anhelo de que suene cuanto antes la campana en el lobby de la sede romana de esa agencia de las Naciones Unidas. Donada hace años por un Papa, el badajo deberá golpear el metal para que pregonen a lo largo y ancho del mundo que ya no hay seres humanos con hambre.
Nadie ha hablado de la desaparición de esa otra carencia --tan terrible como la insuficiencia alimenticia--, y es el hambre de justicia a todos los niveles.
Llegará el tiempo en que nuestros mejores antecedentes diplomáticos no estarán en el futuro...
¡... Ahí nos vemos, manito!