UN MOMENTO

Economistas dominicanos

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Mons. Ramón Benito de la Rosa y CarpioSanto Domingo

Uno de los servicios, una de las profesiones que ayudan a los pueblos es la profesión del economista, es un servicio que se presta, pero al mismo tiempo, como toda profesión, el economista puede desvirtuar su vocación de servicio y poner sus conocimientos y su preparación en otros intereses.

En el Día del Economista Dominicano vale la pena decir a nuestros economistas, los necesitamos, pero también tenemos que decir ¿A quién les sirven nuestros economistas, o qué filosofía de servicio los guían? ¿Servir a intereses particulares, individuales, a servir intereses internacionales que dañan los servicios y el bien común o el servicio es servir al interés común?

Por eso nosotros queremos invitar, y de manera particular, a los nuevos economistas de la República Dominicana, que recuerden que su profesión es un servicio y que ese servicio es un servicio para el bien.

Cuánto agradecemos nosotros a los buenos economistas por su preparación, pero economistas con un buen sentido de servicio, por las orientaciones, las informaciones que nos dan sobre la economía dominicana, sobre el discurso de la economía internacional.

Un buen economista es un gran servidor del país, y un economista malo, mal servidor, hace muchísimo daño, porque engaña y no sirve al bien común.

Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.

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