FUERA DE CÁMARA
La división es un suicidio
Los facultos del Comité Político peledeísta deberían aplazar sus rebatiñas internas para encarar con energía el cuestionamiento incivil de la oposición a la contundente victoria electoral del presidente Danilo Medina que quiere ser deslucida con alharacas callejeras.
“… Porque si entre ellos pelean, los devoran los de afuera”, dijo en versos José Hernández --en el gaucho Martín Fierro--, en la séptima década del siglo XIX. Justo lo que le puede pasar a los peledeístas de continuar envanecidos por un triunfo que les regatean en las calles quienes ahora quisieran verlos despellejarse.
El PLD está en la obligación de plantar cara a la sedición anunciada por el propio candidato derrotado Luis Abinader, que tiene el tupé de encabezar las movilizaciones con las que se quiere desconocer el triunfo de Danilo y que a un mes de las elecciones se resiste a admitir sus resultados alegando un fraude que existió sólo en su cabeza.
En esos afanes Abinader y sus socios --otros cinco candidatos que no sacaron entre todos el 3.0 por ciento de la votación--, llegaron al colmo de denunciar el supuesto fraude ante Luis Almagro y delegados de la OEA sin presentar ninguna prueba. Está claro que el propósito es deslucir la victoria peledeísta para lo cual aprovechan la pasividad del gobierno.
… Porque en el PLD tampoco se observa intención de defender su triunfo electoral, a pesar de que fue el más contundente alcanzado por partido alguno desde 1962 cuando se restableció la democracia.
… El Comité Político El PLD ha convocado a su Comité Político para el próximo lunes, y lo que se avanza es que discutirá la expulsión del partido de algunos dirigentes que se torcieron en la pasada campaña, que se candidatearon por otros agrupamientos o que apoyaron a candidatos contrarios por vínculos familiares o para perjudicar a sus propios compañeros.
Es cierto que hubo de todo eso en el PLD, pero este no es el momento para dirimir problemas internos sino para trazar una estrategia inteligente que neutralice los ruidos que van dejando en la calle los candidatos que perdieron y que no aceptan la derrota.
El gobierno y el PLD están en la obligación de abandonar la pasividad y tomar la ofensiva para defender su triunfo en todos los escenarios que les plantee la oposición vociferante e incivil… El presidente Medina ha mantenido refrenado a sus simpatizantes para que no celebren el triunfo. Es tiempo de cambiar de actitud. Los peledeistas deben devolver la agresión de la oposición celebrando el triunfo con fiestas nacionales, en los municipios y en los barrios de cada provincia y con otras actividades que vuelva a levantarles el ánimo y les recuerde que ellos son las dos terceras partes del electorado nacional.
¡Y el pleito… después! Hay problemas que resolver a lo interno del PLD, pero este no es el momento adecuado para dirimir querellas internas.
Si algo necesita ahora ese partido es la unidad para encarar un peligro real de los grupos sediciosos que intentan soliviantar la paz pública. Que el propio ex candidato derrotado encabece una manifestación de protesta en San Francisco de Macorís es una invitación al desorden y al caos. ¿Ignora alguien la propensión a la violencia que tienen esos grupos francomacorisanos? Es evidente que Abinader está buscando un muerto para complicarle la situación al gobierno… Mientras tanto, ¿qué hace el PLD?