PANCARTA
OEA y Partidocracia RD: ambas en estado grave
Si abren un concurso internacional sobre la gravedad que padecen la OEA y la Partidocracia dominicana, la competencia sería tan cerrada como el conteo electoral en Perú.
La OEA sobrevive no se sabe cómo. Sus médicos de cabecera dicen que no se salva.
La Partidocracia dominicana cayó herida el 15 de mayo pasado tras un “intercambio de disparos”. Uno pudo ser el tiro de gracia. Por eso está en coma.
La OEA escogió mal momento, y peor escenario, para su tour veraniego.
El caos electoral no se sabe cuándo finaliza.
En la Junta Central Electoral, JCE, se armó tremenda bronca, luego de que su titular asumiera funciones de orden colectivo, hablando hasta por los codos a través de los medios.
Poco ha faltado para que le digan Cacique.
Pero en la calle se dice que existe un tema titulado: “El Guachimán de la Selva”, con música de Luis Díaz.
Me gustaría oírlo y saberme sus letras. Si la música es de un orgullo de Bonao, las letras también deben ser de su inspiración.
Entonces, trataremos de escuchar: “El Guachimán de la Selva”. Habría bachata para rato.
La gravedad de la OEA proviene de un cáncer incurable. Su dependencia de Washington es letal. Su mal es peor porque carece de dignidad. No se respeta.
Ahora la encabeza Luis Almagro, un uruguayo con ínfulas de cacique, aunque es un sumiso a los poderes enemigos de los pueblos.
Circularon comentarios recientemente sobre la Asamblea General de la OEA promovida irónicamente por “la institucionalidad” de los pueblos.
Analistas expertos aseguran que “la institucionalidad” es una especie en extinción en nuestro país. Los últimos gobiernos han mostrado pasión y vehemencia por contar con SU Congreso, SUS alcaldes, SUS jueces, SUS regidores y SUS cajas fuertes, aún sea en el exterior.
Al gobierno actual le interesa sobre todo mucha pantalla con la OEA. Y que no se sazone eso de operaciones fraudulentas el día de las votaciones... Ni que hubo garatas con puño, entre morados y de otras siglas, o ambas penas a la vez.