La virgen que vino del mar

La Iglesia Católica en su liturgia el 8 de septiembre, celebra la Natividad de la Virgen María, y ese mismo día en diferentes ciudades, pueblos y aldeas, los católicos celebran las fiestas patronales marianas de su advocación particular. También los cubanos volveremos a recordar a la patrona de todos los cubanos, Ntra. Sra. de la Caridad del Cobre, cuyo hallazgo se realizó en las aguas encrespadas de la Bahía de Nipe, al norte de la provincia oriental de Cuba el año 1612. Lo que fue un simple hallazgo de una pequeña imagen de la Virgen María de 40 centímetros, tendrá una significación y una relevancia histórica, que sólo después de 400 años empezamos a descubrir. A través del tiempo, ella se ha convertido en un símbolo de la nacionalidad y del patriotismo, de tal forma que dicha devoción fue extendiéndose de manera que formó parte imprescindible de la historia y de la guerra de Independencia de Cuba. La Virgen de la Caridad del Cobre que fue virgen trigueña para los castellanos conquistadores, llegó a ser, como una frecuente paradoja de las creencias populares, la Virgen Cubana, la Virgen Mambisa y anti-española, según decía el sentimentalismo de los patriotas cubanos exaltados, cuando el hervor de las contiendas separatistas. Y así se le dió el título de Virgen Mambisa. En los días más bravos y aciagos de la historia de Cuba, llegó a ser fuerza, aliento, fe y esperanza, y se convirtió en protagonista cuando surge la clarinada por la Independencia el 10 de Octubre de 1868 con Carlos Manuel de Céspedes; en la batalla de “El Jiquí” con el Mayor General Ignacio Agramonte, en la Campaña de Pinar del Rio con el General Antonio Maceo y muchos de nuestros héroes llevaban la medalla de la virgen junto a su corazón. La devoción y presencia de la Virgen de la Caridad del Cobre ha incidido tanto en el cubano que hasta los albores del nuevo milenio, su imagen ha sido motivo recurrente y ha servido de expresión para los múltiples íconos dentro del conjunto temático de muchos de nuestros artistas a partir del siglo XVIII, dibujos, grabados, óleos, litografías y mosaicos. Es incalculable la cantidad de artículos y revistas, entre ellas la Revista Bohemia, que en diversos momentos de su vida editorial editaban artículos de la Virgen de la Caridad del Cobre, y obras como la del Libro de Olga Portuondo, boletines, etc... todos relacionados con la Virgen de la Caridad. La gran cantidad de artesanos y sobre todo la gran cantidad de poesías y canciones, que se remonta al siglo XVIII cuando basado en las declaraciones de Juan Moreno (fallecido en 1696), el Capellán Onofre de Fonseca (1650-1710) redacta en 1701 su “Historia de la Aparición Milagrosa de Ntra. Sra. de la Caridad del Cobre”, cuyo original ha desaparecido. En las décimas cantadas por nuestros guajiros (campesinos): “Virgen de la Caridad, patrona de los cubanos, con el machete en la mano, pedimos la libertad”. A cuatro siglos de su hallazgo, es motivo permanente de inspiración entre muchos poetas cubanos a quienes, aún en nuestros días debemos no pocos textos que conforman, “Porque pertenecen al símbolo de cubanía en que se ha convertido la Virgen de la Caridad”. Siguiendo la devoción mariana el 8 de septiembre los peregrinos visitan el santuario ubicado a 27 kilómetros de la Ciudad de Santiago de Cuba, a un pueblo que se dedica a la explotación del cobre desde hace cuatro siglos. Los peregrinos con velas y flores, suben arrodillados las escaleras de la Basílica, unos rezan, otros llevan en sus brazos a sus familiares discapacitados. Y al salir del lugar los fieles se llevan consigo pequeñas piedras que contienen partículas de cobre como un símbolo de protección y amor de su Madre, Reina y Patrona de Cuba. El autor es Párroco de la Parroquia de Ntra. Sra. de Lourdes

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