La encerrona de los fondos buitres
Como se sabe un fondo buitre se refiere a un fondo de capital de riesgo o fondo que invierte en una deuda pública de una entidad que se considera cercana a la bancarrota, y que los especuladores financieros persiguen tanto empresa como países en quiebra comprando deuda de estos, cuando su precio es bajo, para luego litigar por el 100% del valor original, cuando entran en situación de impago. Por tales razones es que se utiliza el calificativo o nombre de buitre como una metáfora que hace una comparación de estos inversionistas con los buitres que vuelan lentamente, esperando el momento oportuno para lanzarse contra sus víctimas y hacerle una encerrona o atraparlos, en particular los países que tienen deudas soberanas, o una empresa, estos fondos están pendientes para aprovechar el momento exacto para lograr sus objetivos. En el caso de Argentina, los fondos buitres adquirieron una parte importante de la deuda pública externa a precios bajos y exigen que les paguen a nivel de cuando explotó la crisis económica de 2001, deuda que está explicada en una alta proporción por el crecimiento geométrico y las adversidades financieras en el plano internacional, al tiempo que acreedores externo e interno advertían la potencialidad de que ese país entrara en una situación de impago. En adición, en el mercado cambiario el peso registró una devaluación de un 70%, lo cual provocó la congelación de los depósitos del público y la aparición del denominado corralito que se convirtió en el detonante de la inestabilidad política, económica y social de entonces. Es a raíz de esta situación que los fondos buitres entran a la Argentina comprando las deudas de ese país, por lo que cambió el perfil de la misma, fruto de que en 2001, ese país firmó una suspensión de pagos sobre una deuda de $102.000 millones de dólares, siendo el mayor default en su historia financiera, logrando reestructurar en un gran porcentaje de esa deuda en 2005 y en 2010, con una reducción del 65% por parte de más del 92,4% de sus acreedores, pero los fondos buitre, que habían comprado parte de esos bonos en 2008, no aceptaron el acuerdo, en cambio procuran el pago del 100% de sus deudas en los tribunales de EE.UU. La encerrona en que los tenedores de deuda soberana metieron a la argentina es de tal magnitud que los buitres demandan en total 3.000 millones de dólares, existe un 36% de la deuda impaga que está en manos de tenedores de bonos en euros, mientras alrededor de 13 pequeños inversores de Argentina reclaman se les paguen 1.400 millones de dólares y un 2% de la deuda son bonos en pesos, cuyos tenedores, ahorradores argentinos, también están litigando en los tribunales de su país. Esta es una situación muy difícil donde los tenedores de bonos solo ven una oportunidad de multiplicar su riqueza sin importarle la suerte de ese país. Para que se tenga una idea de la encerrona en que cayó Argentina con la ambición de los tenedores de bonos y los fondos buitres solo hay que observar que los inversionistas institucionales Elliot, Aurelius y los 13 pequeños inversores de Argentina utilizaron $70 millones de dólares para comprar la deuda y como resultado de las exigencias de pagos en el 2014, ahora reclaman la fría suma de $1,330 millones, el cual es equivalente a 20 veces más de lo invertido, mientras que el grupo que constituyen los fondos buitres en su totalidad pagaron USD48,7 millones por esos bonos, lograrían cobrar más de USD1,300 millones, para una ganancia de 1,608%. Si se concretiza la decisión del juez de la corte de NY, entonces el total de pagos al que se enfrentaría Argentina alcanzaría la temible suma de USD15.000 millones, equivalente al 50% de las reservas actuales del Banco Central. Ante esta inverosímil situación y enfrentar la decisión de una corte de NY, Argentina entiende que no se le puede obligar a pagar de determinada manera porque es un Estado soberano que no puede someterse a un tribunal de EEUU. Pero si tomamos en cuenta que el coeficiente de deuda/PIB es de un 47,78%, la existencia de 14,6 millones de pobres y 6,3 millones de indigentes de una población de 40 millones, estas exigencias financieras son el peor crimen financiero que se comete contra una nación, máxime cuando se ha hecho un esfuerzo extraordinario para combatir una pobreza que en el 2003 rondaba el 46.5%. Esa es la encerrona en la que ha caído Argentina con sus acreedores. El autor es economista