MUCHACHOS CON DON BOSCO
Potenciar la maternidad
Como cada año, hemos celebrado el día de las madres. Un día que toca una de las fibras más sensibles de nuestros corazones, pues la madre, ciertamente, es un ser muy especial para todo ser humano. La fiesta de las madres mueve mucha gente, se realizan muchas compras, se entregan muchos regalos, se hacen muchas visitas, se dan muchos besos y abrazos... Y todo eso es algo muy bueno si contribuye a potenciar el don maravilloso de la maternidad. La misión de una madre, la influencia de una madre, la presencia de una madre es de suma importancia en la vida personal y en la social, porque la maternidad abarca todas las dimensiones de la persona y de la sociedad. No es de extrañar que las madres asuman multitud de profesiones para sus hijos: son sus cocineras, sus enfermeras, sus choferes, sus profesoras... La maternidad consiste en dar vida. La madre le da al hijo toda su persona para que llegue a ser alguien en la vida. De la misma manera que no puede haber vida humana sin una madre, no puede haber una auténtica sociedad sin un buen ejercicio de la maternidad. La influencia de la madre es extraordinaria, especialmente, mediante su ejemplo. Cuando una madre siembra en el corazón de sus hijos, con su ejemplo y su pedagogía, las semillas de los valores fundamentales, cuando siembra la rectitud, el honor y la integridad; luego se producirán sus correspondientes frutos que se harán presentes a lo largo de toda la vida en cualquier lugar en que se encuentren y nuestra sociedad será mejor. Entre tantos dones de la maternidad está el de la educación. Toda madre es una maestra. La madre es la principal inculcadora de la educación religiosa y de la formación de costumbres. Cuando la madre hace con su hijo una oración sencilla al levantarse, en la comida, al salir de casa, el niño la va guardando en su interior. Cuando la madre va introduciendo, en su hijo, poco a poco virtudes y valores, luego se convierten en buenas costumbres y hábitos para toda la vida. La influencia de las madres es fundamental. Es también muy importante la educación que realiza la madre en el plano emocional, pues los hijos aprenden inmediatamente lo que ven y lo que sienten. Una madre buena proyecta en sus hijos un equilibrio emocional junto a un amor incondicional y una sana salud mental que les permitirá enfrentar la vida con fortaleza. El éxito moral, económico y profesional de los hijos depende, principalmente, de la educación de las madres. Queremos decirles a todas las madres, a las que son ya abuelas, a las madres maduras y a las madres jóvenes que en sus manos hay un potencial increíble para construir, desde la familia, una sociedad de verdadera felicidad. Para lograr en el mundo la justicia, la paz, la honestidad, la igualdad, hemos de saber que esos valores se siembran y se cultivan en la familia y en ella la madre tiene un papel protagónico. Felicitaciones para todas las madres.