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ORLANDO DICE

Una vil coartada en caso de descendientes de haitianos

CINCO.- El pronunciamiento de la semana pasada del exembajador Guy Alexander, sobre el temor de la oligarquía dominicana de que un descendiente de haitianos pudiera conseguir poder político de este lado de la frontera, explica los actuales movimientos contra la República. De seguro que ningún oligarca le reveló ese miedo, y al hablar en esos términos saca a flote una intención que en su boca se convierte en propósito. La cuestión tiene una sola vuelta: los haitianos no se conforman con la residencia, ellos necesitan la ciudadanía, pues así tendrían derecho a elegir y a ser elegidos. El interés en imponer una “solución dominicana”, que obvie todo lo legal, es político. El deseo de que prime lo humanitario por encima de cualquier otra consideración, es una vil coartada. Los haitianos tienen muy bien pensados su plan, y lo están llevando a cabo de manera magistral, pues viendo que no pueden salirse con las suyas por sus propios medios, buscan ayuda de organismos internacionales y gobiernos extranjeros. Sabiendo, como saben, que Guacanagarix pondrá el resto... SEIS.- El plan fue tan bien concebido y cuenta con un cronograma tan exacto, que casi coincidiendo con la presencia en el país de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, se realiza la primera cumbre de la diáspora haitiana en territorio nacional. No se trata de la quinta o sexta, ni siquiera de la segunda, sino de la primera. Ahora, sea por nacionalidad o regularización, se constituirá un núcleo importante de haitianos con papeles. Con documentación legal. Se habla de doscientos mil, pero cálculos más alegres llevan esa cantidad a números imposibles. Y lo peor es que La Casa no tiene decisión al respecto, y por tanto, siempre perderá, y contrario a la de apuestas, nunca podrá reírse. Estos haitianos ahora reconocidos y organizados serán la diáspora más cercana y adelantada, y un instrumento a mano para lo que sea. Incluso, un medio de presión política. Nada más hay que ver como Edwin Paraison, concluida la Cumbre, habla con autoridad de jefe indio, impartiendo órdenes a uno y otro gobernante... SIETE.- Se detracta el fervor nacionalista de unos, pero se alimentan otros fanatismos. Estratégicamente se menciona a José Francisco Peña Gómez como víctima póstuma de la sentencia del Tribunal Constitucional. Lo de Peña Gómez es historia patria, y difícilmente puedan levantarlo de la tumba y ponerlo a ganar batallas ajenas. Quienes lo trataron en la intimidad saben que no le seducía ese papel de Mesías de los descendientes de haitianos. Pero igual de su cercanía personal con la oligarquía, pues no debe olvidarse que el Peña Gómez candidato no fue ni sombra del “joven y fogoso líder” que imponía temor con su discurso de “tierra arrasada”. Como cabeza de boleta electoral fue cauto, comedido y con un mejor sentido de las cosas. La izquierda ñentonces-- era el PLD marxista de Juan Bosch, y el PRD de Peña Gómez se enorgullecía de su alianza de los Liberales de Washington. Si no alcanzó la presidencia de la República, muchas fueron las razones, y entre las decisivas no puede contarse su ascendencia haitiana... OCHO.- La parte del PRD que sigue a Hipólito Mejía no aprobó la sentencia del Tribunal Constitucional, del mismo modo que en su momento objetó la conformación de esa alta corte, considerándolo un órgano al servicio de Leonel Fernández. Ahora aparece celebrando el informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Y es interesante. Primero, porque busca llevar la contraria a Miguel Vargas, que no solo apoyó el fallo, sino que demandó del presidente Danilo Medina que no se dejara presionar internacionalmente. Segundo, porque olvida que estos lodos se originaron en los aguaceros de la Ley No. 285, que fuera promulgada por el entonces presidente Mejía un día antes de entregar su mandato. Esto es, el 15 de agosto del 2004. Y tercero, porque fue Luis Abinader quien sometió la moción a favor de la CIDH, diciendo que el PRD no puede apoyar injusticias, y los hoteleros no pueden hablar de injusticias cuando haya haitianos de por medio...

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