Bautista y su candidatura

Hay veces que en la actividad política no se toman en cuenta las señales que se envían, con decisiones que se toman en situaciones particulares que se presentan. Por ejemplo, que un funcionario de alto nivel en el Ejecutivo, con reconocida influencia y manejando recursos del presupuesto, esté en disposición de abandonar esos privilegios con el fin de obtener una posición en el Senado. Es el caso de Félix Bautista, quien como director de la Oficina Supervisora de Obras del Estado, maneja grandes recursos, y que por lo tanto no sólo tiene uno de los puestos más deseados dentro del organigrama gubernamental, sino que su conocida cercanía política y personal con el Presidente, le hacen uno de los hombres más influyentes del país. Y me dirán que ha pasado antes. Que Amílcar Romero abandonó la Secretaría de Agricultura para aspirar a senador por Duarte, o que Francisco Domínguez Brito hizo lo mismo en la Procuraduría para convertirse en senador por Santiago. Y es más, hasta pasó en la misma Supervisora, cuando para las elecciones del año 1998 Euclides Sánchez salió de esa posición para optar por un asiento en el Senado. Pero no es lo mismo. Primero porque en cada uno de los casos anteriores, el PLD estaba en la necesidad de llevar de candidatos sus mejores cuadros con el fin de alcanzar la victoria electoral. Y ese no es el caso actual de San Juan de la Maguana, donde el senador no sólo es un miembro del partido oficial, sino que disfruta de altos niveles de popularidad. Y tampoco puede ser una proyección de la lucha de tendencias, porque ni Leonel necesita a Bautista de candidato para que “uno de los suyos” ocupe esa posición, ni Danilo sería tan torpe de adelantar y desgastarse en el 2010, cuando su batalla de verdad es la del 2012. Entonces que busca Félix Bautista con esa candidatura. ¿Inmunidad parlamentaria? No se alcanza a ver por qué y para qué ¿O es que el Gobierno está en desbandada? Tanto así que hasta un hombre como Bautista se va ahora, “consciente” de que en tres años van a entregar. Es cierto que en la Constitución se consagra el derecho a elegir y ser elegidos, y que cualquier ciudadano puede aspirar en las próximas elecciones congresuales y municipales. Pero independientemente de los derechos y de las intenciones, que pueden ser las mejores y más sanas, lo cierto es que la señal que envía esa candidatura a la senaduría de San Juan es muy negativa. Y no sólo a lo interno del PLD, sino que afecta sensiblemente la imagen de ese partido ante la sociedad, y de forma particular de ese equipo de Gobierno que lidera Leonel Fernández.