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TEMAS DE SALUD MENTAL

El hombre pragmático

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José Miguel GómezSanto Domingo

El hombre que precedía a la postmodernidad era de mayor compromiso social, de vida de servicio y de mayor sentido de utilidad, pero también, asumía una vida cargada de altruismo. Ese hombre y esa mujer, asumían ideales, tenían propósitos, creían en la fuerza de la palabra y tenían una identidad firme. Después de la Guerra Fría, después de que el mundo dejó de ser bipolar, se perdió las ideologías, la postmodernidad apostó a un mundo del mercado, del consumo y de una economía global no para el servicio y crecimiento de las personas, sino para el fortalecimiento de los grandes capitales y de los grandes mercados. Todo el aprendizaje social de la vida colectiva, corporativa y de servicio social se fue anulando para crear sociedades individualistas, competitivas, desiguales y diferentes que reforzaran en las personas la indiferencia, la apatía y el desinterés por la solidaridad humana. Ese perfil del pragmatismo social se produce en toda la sociedad y en todo los grupos sociales, desde la política, los empresarios, los gremios, los sindicatos, con la desgracia particular de que suelen ser empaticos, livianos y superficiales para formar parte de el nuevo código pragmático: un ser que busca el éxito y la realización sin ética pública ni privada, debido a que se despertó en la sociedad de los iguales. Ahora sí estamos pobres de verdad; ahora hay familias, parejas, alumnos, amigos y ciudadanos pragmáticos. La postmodernidad ha estimulado a hombres y mujeres a vivir entre el éxito y la agonía del nuevo estatus social, ¿En cuál está usted? En esta crisis económica, social y existencial habrá que reinventar un nuevo ser social, incluyente, que digiera la equidad y la justicia social y, de una personalidad con valores perdurables y actitudes no relativas, capaz de confrontar los nuevos paradigma de la economía de los tecnócratas y burócratas financieros, dinosaurios de la riqueza social. Para los de la cultura de la prisa y del relativismo-ético estos son planteamiento de hombres de poca inteligencia, ya que la vida hay que asumirla con el confort y las nuevas circunstancias sociales. ¡Oh, Dios! ¿Cuánto pragmatismo?

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