Contrastes

Cuando a los residentes en el Suroeste, particularmente en el poblado de Sabana Yegua, se les informó que sería construida una presa en la zona, la primera reacción fue de rechazo. Recuerdo que muchos condenaron el anuncio y aseguraron que era otra forma del doctor Joaquín Balaguer de favorecer a sus adláteres y seguir maltratando a los más humildes; que era para enriquecer a quienes les eran fieles. Se condenó el anuncio porque, supuestamente, el entonces presidente sólo pensaba en la varilla y el cemento. En la zona de donde serían desalojadas las familias para dar paso a la construcción de esa obra hubo desaliento, pesar, tristeza y lamentos. Pensaban que las aguas iban a sepultar toda una vida de sueños, amores, desamores y sus tierras productivas, poca o mucha. Pero no había de otra; se tendrían que ir y se ubicarían en unos terrenos seleccioandos entre el l5 de Azua y Los Jovillos. Allí sólo habia desolación y yerba mala. Los pobladores de Sabana Yegua fueron desalojados y la presa fue construida. Sus aportes, bondades y efectos están ahí. No hubo que protestar, que reclamar, que cerrar carreteras ni realizar ningun tipo de acción para hacerla. Una etapa, un capítulo cerrado. Hoy es distinto. Ahora se ha hecho consciencia de la necesidad de la obra. Para retener agua, evitar inundaciones, conservar el líquido para acueducto, producción, energía. Por eso estamos clamando por otra presa, Monte Grande. Hoy reclamamos con conciencia. Los hombres y mujeres del Suroeste tenemos un proyecto claro en mente y no queremos llegar a él mediante los mecanismos usados en pueblos del Este y el Cibao. Mientras ayer para muchos era indiferentes a si construían o no Sabana Yegua, hoy clamamos porque se inicie ya Monte Grante. La pedimos a grito. El miércoles, los suroestanos iniciamos una nueva etapa en busca de esa obra. Daremos más detalles. Contrastes de la vida.