EN PLURAL
Inversión social en República Dominicana
(2 de 2)“Falta un plan” es una pleonástica denuncia que salta de la boca y la razón de los/las analistas para explicar fracasos y errores de las actuales acciones gubernamentales. Quizá haya planes, pero dispersos, apresurados, confusos, hechos o proclamados puntualmente, de cara a una Cumbre Nacional o Internacional, para responder a demandas o a protestas. Luego, las autoridades los dejan caer, se perforan de la corrupción y el clientelismo, y los/las ciudadanos/as permitimos que un olvido inducido por nuevos “guignoles” nos anestesie. La ausencia de estrategias serias, de largo alcance y fuerte aliento humano, se siente sobre todo en el campo de las políticas sociales, y se expresa crudamente en las cifras que en la pasada entrega En Plural desnudaron una inversión social miserable que no alcanza ni a la media de nuestro Continente. Rabiar, denunciar, reclamar sin pausas es necesario para perturbar el olvido; pero es también importante, como aporte del pensamiento dinamizador, proponer soluciones, para engarzarlas en planes coherentes. En enunciados breves que exprimen los conceptos para sacar solo la esencia que contienen, transcribo las propuestas que sobre Inversión Social presenté en la Cumbre Alternativa, como incentivo a una creativa participación de los compañeros/as. Aquí van las propuestas: -“Aplicación de la lógica anticíclica para enfrentar la crisis, incrementando la inversión social en forma progresiva, consistente y continua hasta alcanzar la media continental del 15% del PIB, continuando esfuerzos sostenidos para elevarla en los próximos 20 años. -Establecer en la Constitución de la República en forma explícita el compromiso por parte del Estado con relación al definido incremento de la inversión social. -Rechazar la posición de algunas autoridades de que sea excluido de la ley 66-97 el artículo 197 que asigna el 4% del PIB a la educación. -Apoyar las luchas de los/las médicos/as, enfermeras y bioanalistas para que se apliquen los parámetros internacionales de asignación de por lo menos el 3% del PIB al sector salud. -Realizar una exhaustiva revisión del Sistema de Seguridad Social Dominicano, para asignarle un carácter mas solidario, de manera que ofrezca una cobertura universal que comprenda los nuevos actores sociales, las necesidades de los/las envejecientes y aplique una clave de género al sistema, superando la política segmentada que reproduce de facto las desigualdades en lugar de compensarlas. -Exigir que se actualice, se amplíe y se aplique con cobertura universal la ley 352.98 de protección a las personas envejecientes. -Formular y ejecutar un plan de viviendas populares a nivel nacional, privilegiando a sectores marginados, dentro de un acuerdo entre el Estado, ONG, sindicatos, asociaciones, aplicando un modelo mixto de financiamiento y administración. Estas viviendas serán asignadas con créditos de bajo interés, a largo plazo, y los espacios donde se construyan estarán dotados de los servicios públicos necesarios, energía eléctrica, agua potable, transportes, sanitarios, escolares y de recreación. -Demandar la formulación de leyes que contemplen formas de inversión social privada de las empresas e industrias que operen en el país (guarderías, salas de tareas, capacitación técnica, consultorios para emergencias y atención primaria, servicios odontológicos) para los/las trabajadores/as y sus familias. -Mantener una actitud de denuncia y exigencia de sanciones para los actos de corrupción publica y privada, los cuales constituyen un robo a los escasos recursos destinados a cubrir las necesidades básicas de nuestra sociedad. -Incentivar la participación popular en acciones y proyectos solidarios y comunitarios, que aumenten el empoderamiento ciudadano en el reclamo y en las soluciones compartidas, dentro de la visión alternativa que anima esta Cumbre”. Releo lo que escribí y copio En Plural, y vuelvo a teñirlo de emoción indignada. Porque la corrupción sigue rampante, sustrayendo los escasos recursos a la Inversión Social. Porque no se ha anunciado una rebaja de salarios a los funcionarios que escandaliza por su abundancia y opulencia. Porque del medio centenar de subsecretarios y de los cientos de vicecónsules sin sillas no se ha cancelado ninguno. Porque los barrilitos de los/las legisladores/as siguen llenándose mensualmente, en nombre de supuestas “ayudas sociales”, burda suplantación de la obligatoriedad de políticas de estado. Porque los médicos fueron burlados y realizan nuevos paros ante la total indiferencia de las autoridades, y ¡ay! un poco también de la ciudadanía que se agazapa en sus problemas particulares. Porque los 4 mil millones asignados al sector educación, como respuesta del gobierno a la Cumbre que no fue alternativa, porque asistieron los mismos/as que gobiernan, no llega a incrementar el porcentaje del PBI al sector ni siquiera a un 3%, y todavía ese aumento “gracioso” está en veremos, ya que depende de recursos externos. Porque... simplemente, todo está igual, o peor, como demuestran las espontáneas protestas que se incrementan, no puedo contener lágrimas y un corazón desbocado cuando hablo de estrategias sociales, de políticas públicas inexistentes. Pero el mundo está cambiando, recuerdo. En República Dominicana llegará, más pronto que tarde, la hora de los hornos de la que habla Martí, el tiempo de hacer realidad estas y otras mejores propuestas Seguiré esperándolo.