Recesión o desaceleración
El impacto en nuestro país de la crisis financiera global es indiscutible. Sin embargo, la dimensión de ese impacto no es compartido entre todos. Las políticas públicas, tanto monetaria como fiscal, buscan reducir el impacto de la crisis en la economía. Esa es su función y su deber. Hacer que el dolor sea mínimo o que pase haciendo los menores estragos. Es como cuando esperamos un ciclón. Por más poderoso que sea, el gobierno no puede preveer una catástrofe. Su obligación es preparar la población y tomar todas las medidas preventivas. Eso no determina qué pasará al final, pero si cómo afrontamos el desastre. ¿Debemos esperar un tsunami económico o por el contrario una fuerte tormenta que por mas inundaciones termine fertilizando nuestros campos? ¿Qué factores de la crisis internacional impactan en República Dominicana? ¿Hay que ser “optimistas” o “pesimistas”? El primero que puso el tema sobre el tapete fue la “Economist Intelligence Unit” (EIU). Según los analistas de la EIU, la crisis impactará a nuestro país con un resultado de una caída del crecimiento económico de un 1% del PIB en 2009. En un país que creció en 2008 a un 5% y en los tres años anteriores a un promedio de 8%, es un impacto muy fuerte. La EIU basa su análisis en una proyectada caída de las remesas, debido al desempleo que se expande en los países desarrollados, sobretodo en EEUU y España. También, según EIU, vamos a tener una gran caída en la inversión extranjera. De más de US$2,600 millones en 2008, proyectan unos 900 millones en 2009. Finalmente, EIU también entiende que el turismo sufrirá por la baja de demanda en los mercados emisores impactados por la crisis. Con las conclusiones de la EIU han coincidido algunas prominentes figuras públicas. Peor aún es la opinión del reconocido economista dominicano Carlos Asilis. Según éste, la caída del crecimiento que pronostica es de un 4% a un 6% “de la economía privada, que es el 80% de la economía nacional”. Sorprende que un especialista de su nivel haga un análisis basado en separar “la economía privada de la actividad del sector público”. Precisamente, cuando todo el mundo basa las esperanzas de superar esta crisis y la vuelta al crecimiento mundial, en los llamados paquetes de estimulo de los gobiernos de todo el planeta. Según Asilis, que fue uno de los principales exponentes de la teoría que dominó las políticas económicas anteriores, basadas en una creencia que los mercados sin intervención estatal ni regulación proveerían un crecimiento constante y equilibrado, las remesas de los dominicanos sólo en EEUU tendrán una caída de 15% y la crisis se extenderá más allá de 2009-2010. Sin embargo, el Programa Monetario (PM) del Banco Central de República Dominicana prevé otra evolución. El PM se ha formulado tomando en consideración el adverso contexto internacional, y en particular el impacto en el país de la crisis económica de Estados Unidos. Otro elemento que impacta las proyecciones del Banco Central es la evolución del déficit del sector publico que prevé una caída de un 1% del PIB, para situarlo en 1.7% del PIB. La política monetaria acompaña esa evolución y tiene como meta mantener la estabilidad macroeconómica y el control de la inflación en un rango razonable, de entre un 6 y 7%. Los dos primeros meses de 2009 la inflación ha estado por debajo de esa meta, en torno a un 4%. El crecimiento económico esperado por el PM es de un 3% del PIB, lo que representa en efecto una ralentización del crecimiento promedio del cuatrienio y del año anterior, pero mantiene la actividad económica a flote. Ciertamente que el acceso a financiamiento externo se dificultará. Casi exclusivamente tendremos disponible los recursos de los bancos multilaterales y los programas bilaterales de algunos países. Con el financiamiento privado no debe contarse, al menos en 2009. Un aspecto positivo del impacto de la crisis es la reducción del déficit en cuenta corriente, que es el total de transacciones en divisas de la economía, de un 9.6% del PIB en 2008 a un 5.8% para 2009. La economía nacional se verá muy favorecida por la caída de los precios del petróleo y de materias primas en general, que han experimentado reducciones de precios entre un 70% y un 30%. Otro aspecto a destacar de las proyecciones del PM es que la inversión extranjera directa alcanzará unos US$ 2,300 millones, a diferencia de las proyecciones pesimistas. En resumen, estamos ante un debate en el cual el Banco Central lleva la ventaja de contar con las más detalladas informaciones, y por tanto tener mayores elementos para la proyectar el impacto real de la crisis en nuestro país.