PANCARTA
Los Palmeros héroes y la obra de Balaguer
Hoy 12 de enero se cumple el 36 aniversario de la caída en la avenida Las Américas de los 4 héroes revolucionarios que enfrentaron la embestida criminal de miles de efectivos de los distintos cuerpos castrenses que cumplían “ordenes superiores”. Ulises Cerón Polanco, Bienvenido Leal Prandy (Chuta), Virgilio Perdomo Pérez y Amaury Germán Aristy escribieron con sus vidas una de las más gloriosas páginas de resistencia de nuestra historia reciente. Dada la precariedad de información sobre los acontecimientos históricos que padece la juventud dominicana, siempre será necesario recrear lo que sabe una minoría. Por ejemplo, que Joaquín Balaguer actuó efectivamente como comandante en Jefe de las Fuerzas en la orden para la ejecución del aparatoso operativo que contó con la asesoría de la Agencia Central de Inteligencia norteamericana, e incluso con unidades aéreas procedentes de bases militares ubicadas en Puerto Rico. Los apologistas a ultranzas de Balaguer pretenden eximirle de responsabilidad bajo mendaz argumento de que “vivíamos los tiempos de la guerra fría y estábamos sujetos al forcejeo internacional de las grandes potencias”. Los cifras de víctimas mortales, presos políticos, desaparecidos, exiliados durante los tétricos 12 años hablan de que lo que era capaz Balaguer actuando por cuenta propia, y con el soporte de sus tristemente célebres jefes militares “incontrolables”. Algunos de estos andan por ahí con su sangrante rosario de cuentas pendientes. Los heroicos jóvenes caídos en el kilómetro 14 estaban condenados a muerte desde mucho antes del 12 de enero de 1972. Su trayectoria de luchadores revolucionarios sin tregua los convirtió en blancos de la persecución del balaguerismo y sus asesores extranjeros. A los 36 años de la muerte de Bienvenido Leal Prandy (Chuta), Ulises Cerón Polanco, Amaury Germán Aristy y Virgilio Perdomo Pérez se impone rendirles el merecido tributo de recordación y educar a las jóvenes generaciones acerca de su hermosa trayectoria. Específicamente, reservarle su espacio en el Museo de la Dignidad.