Desarrollo del pensamiento crítico en la escuela

Una de las cualidades más importantes de un aprendizaje auténtico es la habilidad de poder pensar de manera objetiva y crítica. Hacer que el estudiante pueda analizar situaciones, buscar soluciones a problemas, consensuar ante la posibilidad de un conflicto mediante un debate, constituye un espacio fundamental en el saber didáctico. Cuando se planifican estrategias con objetivos de desarrollo de la síntesis, argumentación y análisis, se logran niveles altos de pensamiento. El estudiante profundiza en los contenidos y el aprendizaje se da a través de conversaciones sobre temas concretos y profundos. Pensando en estrategias de pensamiento crítico, la clase se realiza en una conexión con el mundo fuera del aula. Se plantean situaciones muy cercanas a la realidad de los discentes. La construcción del conocimiento es compartida por los distintos saberes que confluyen en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Se procura la que la comunicación sea efectiva y se resalta la enseñanza de estándares intelectuales de gran exigencia, en consonancia con las competencias esperadas en los alumnos y alumnas. La metodología centrada en el desarrollo del pensamiento crítico se basa, principalmente, en la optimización del acto de pensar más que en los contenidos. Estos últimos van tomando forma en el contexto pedagógico a medida que se afianzan los procesos de razonamiento. Según el psicólogo educativo estadounidense, Benjamín Bloom, existen 6 niveles en el orden del pensamiento: recordar, comprender, aplicar, analizar, sintetizar y evaluar y crear. Los tres últimos son considerados como niveles de pensamiento de orden superior. Dentro del planeamiento de la unidad didáctica, es recomendable trabajar cada uno de los fundamentos de organización del pensamiento para poder lograr un aprendizaje situado. No podemos saltar de uno a otro sin tomar en cuenta el nivel anterior o el posterior. En todo momento del proceso se debe profundizar en la enseñanza de los contenidos, ayudar a los estudiantes a ampliar sobre un tema determinado, buscar los detalles, resaltar la relación de lo que se aprende con la vida real; son temas que los docentes debemos tener siempre como eje central en las clases. Un estudiante que piensa de manera crítica, analiza las ideas en profundidad, busca la relevancia de los conceptos, indaga sobre los contenidos, tiende a exponer de manera clara y concisa, es apegado a la lógica en sus relaciones con los demás y en la toma de decisiones. Los niveles inferiores: recordar, comprender y aplicar son tan importantes como los demás. Lo importante en el proceso de enseñanza y aprendizaje es que se logre el equilibrio y la sinergia. No existe un método único de enseñanza. mientras más variadas sean las actividades, más posibilidades tendremos de llegar a todos y cada uno de los estudiantes.