Desafiando la suerte
De Cerca
Durante la reciente tormenta Franklin y tras la medida del Gobierno de declarar como no laborable los días más peligrosos, con el objetivo de salvaguardar la vida, reducir los daños y evitar hechos lamentables, muchas personas, conscientes de lo que puede acarrear un fenómeno natural de este tipo, respetaron la resolución y se quedaron en su casa.
Otros, como los periodistas, el equipo del ayuntamiento, Cruz Roja, COE y otros organismos de socorro, tomando las precauciones correspondientes tuvieron que desplazarse porque su trabajo lo ameritaba.
Lo lamentable es que un gran grupo hizo caso omiso a las advertencias sobre el peligro que implicaba estar en la calle, y nunca antes como ahora, había visto tantas personas retando las fuertes lluvias, bañándose en los charcos llenos de basura y podredumbre, bebiendo y bailando en las aceras... en fin, desafiando la suerte.
Estas acciones irresponsables dejan una clara evidencia de lo poco que aman su vida, que no existe en ellos el instinto de supervivencia y lo peor, el poco grado de responsabilidad hacia los niños a quienes se supone deben proteger y que dejaron salir a las calles.
¡Qué vergüenza!
Honestamente, sentí vergüenza de las imágenes de los llamados ‘teteos’ que se hicieron virales en las redes sociales. No había distinción de edad para protagonizar estas conductas irreverentes.
Los Frailes, Villa Duarte, Barahona, Santo Domingo Este y la avenida Abraham Lincoln, por mencionar solo algunos, fueron escenarios para sacar a pasear la ignorancia.
No puede ser casualidad que tantas personas busquen sentir emociones fuertes, el placer de enfrentarse al riesgo no puede ser mayor que el amor a la vida.
Qué les pasa a estas personas con tan baja tolerancia al aburrimiento, no soportan estar en sus hogares ante un momento de peligro. Qué les pasa a estas personas que si su vida se vuelve segura necesitan sentir una experiencia al límite. No puede ser que el riesgo sea socialmente aplaudido y aceptado.
Bienestar emocional
Estos hechos son una alerta más de que debemos prestar atención a la salud mental. Muchas personas a nuestro alrededor no son lo que aparentar ser. La necesidad de ser "protagonista" de lo que sea, es un llamado a la atención.
La tormenta ya se fue y dejó daños en muchos hogares, dos muertos registrados y una persona desaparecida.
Ojalá esta gente que no midió las consecuencias de sus acciones en algún momento pueda reflexionar sobre el valor de la vida.
¡Hasta el lunes!