Normas y etiqueta
Prudencia, decoro y sentido común, vestuario de la Semana Santa.
Hemos llegado a la semana mayor del mundo cristiano, Semana Santa, la celebración de la pasión y muerte de Jesucristo. Una semana cargada de tradiciones. En nuestro país y en algunos del Caribe, durante este tiempo se realizan de distintas manifestaciones y expresiones propias que hemos heredado como nuevo mundo en un encuentro de razas y culturas.
Aunque es tiempo especial para los creyentes, donde se fortalece la fe, y se crece la luz del espíritu, hay algo que a muchos les preocupa y se toman muy en serio: El código de vestimenta a usar durante esta semana.
Durante estos días, los códigos de vestimenta deben de ser de respeto solemne a tan alta manifestación. Cuadros, fotos, videos, nos muestran la forma llevada en las diferentes épocas. Hoy en día todavía se respetan muchos de estos en la moda con sus formas y colores no importando el estilo personal que se adapta a la fecha.
Entiendo que el vestuario a llevar en las actividades de esta Semana, son de prudencia, decoro y sentido común. Es responsabilidad individual aprender, asesorarse y lograr el éxito correcto, sin perder la esencia de lo que sentimos, sobre todo en las más altas expresiones religiosas de estos días.
Hemos visto en alguna procesión, indumentarias poco apropiadas. Una cosa es modernizar la tradición y otra, es irrespetar el profundo significado religioso. Nadie nos obliga, pero si participamos, llevemos las normas del vestir y comportarnos.
En muchos países cuando llega este tiempo podemos ver (no importa el lugar, barrio, sector) su gente con sus mejores vestimentas. Los hombres de traje y corbata, con tonos oscuros "estamos de luto". Sobre todo, los días del jueves y el viernes. Hoy día se lleva también un estilo más informal o "casual", no es necesario vestir de luto, pero cuidar siempre la importancia de la fecha.
Las mujeres también visten de oscuro y algunas cubren sus cabezas con las conocidas y casi extintas mantillas de color negro. No hay que ser tan estrictos, pero si cuidar los escotes pronunciados, las faldas muy cortas. Hay que dejar los tacones altos en casa, así como los zapatos abiertos. El maquillaje, lo más discreto posible.
Las joyas y los abalorios, pocos y discretos. Mejor llevar la medalla de la cofradía, si se pertenece a una; algún escapulario. Un rosario, un cirio, o un breviario en las manos... Que la prudencia este siempre en nuestro vestuario, cuidar detalles como el uso del sombrero o gorra, las gafas de sol en estas ceremonias, sobre todo si se estará dentro de alguna iglesia.
Vemos en estas procesiones manifestaciones por promesas y milagros recibidos con vestimentas que recrean la época, cargando cruces, descalzos, evocando al nazareno. Participación de profundo sentimiento religioso que nos permiten conocer, disfrutar de las diversidades de la fe, sobre todo en un país como el nuestro dónde tenemos una gran diversidad de razas, costumbres y creencias que nos individualizan y caracterizan ante los ojos del mundo.
Nuestras regiones se expresan en la evolución de su historia con su sentir popular, ritos y cultos, gastronomías, colores, música, rezos, procesiones… Disfrutemos de esa conversación especial que Jesús tuvo y tiene con cada uno de nosotros. Tratemos de vestirnos todos los días de nuestra vida con su legado de amor, que es lo que nos dejó.