Vestidas de poder: La imagen influyente de la mujer en el mundo empresarial, político y social

Actualmente muchas damas del país las encontramos destacadas dentro de un amplio desarrollo de labor en lo político, empresarial y social. El encanto femenino se ha resaltado siempre en estos círculos, muchas por su acertado cuidado de la imagen y la forma correcta del vestir en las diferentes ocasiones.

Hemos de recordar algunos nombres de estas elegantes dominicanas, que siempre han marcado una distinción especial en su personalidad, conocidas en nuestras páginas sociales por su distinguido estilo: Alma de Vicini, Carmensina de Gómez Bergés Elena de Paliza, Clarissa de la Rocha, Melba Segura de Grullón, Aydée Kuret de Rainieri, Paola Rainieri, Gina Hache de Cabrera, Liza Bonetti de Vicini, Soraya Checo de Álvarez, Claudia Messina de Olavarrieta, Matilde Farach, Fe Maria Franco de Aja.

Conocidas en el medio político, empresarial y social. Hemos de resaltar nuestra actual primera dama, Raquel Arbaje, y a la vicepresidente, Raquel Peña. Todas en la lupa especial de los críticos, pero sus nombres se han resaltado con admiración y respeto.

La mayoría de nosotros no tiene que pensar sobre posibles sanciones contra Rusia o Siria o cómo negociar con el congreso los temas de la economía, pero todos debemos elegir qué ponernos cada mañana. Ese es el punto donde coinciden el político, el empresario y el ciudadano común.

Una figura pública está sometida al más riguroso escrutinio, a la gente le gusta conocer los detalles personales, su plataforma económica, que nos dice su lenguaje corporal, sus costumbres diarias y hábitos alimenticios; donde ejercita su cuerpo, cuida su piel, quien le guía en sus decisiones a la hora de vestir. Su pensar como ser humano, con su cotidianidad, tan importantes como los cargos que han desempeñado o realizan en sus elecciones de vida.

Hoy en día la mujer tiene dadas todas las condiciones del mundo, grandes oportunidades para redefinir lo que significa ser una líder en todos los sentidos de la palabra. Pudiendo conjugar los elementos críticos para estar en el poder. Para ello necesita proyectar una “imagen de éxito”, debe de reconocer sus fortalezas y debilidades dentro de su estilo.

Usar atuendos que expresen su personalidad sin que por ello se reste importancia a su autoridad. Vestirse por fuera de las convenciones corporativas y verse un poco más estilizadas no les resta un ápice de inteligencia ni seriedad.

La imagen actual de una mujer de poder ha dado un giro al uniforme masculino al combinar sacos con faldas o pantalones, extendiendo la gama de colores sin salirse del marco tradicional, dejando un sello y estilo en cada una de ella, estableciendo pautas de cómo se viste una mujer poderosa.

Algunas de estas mencionadas damas son modelo a seguir, destacadas en sus labores sociales, como esposas de líderes, como líderes o posibles líderes. Sin hacer ruido, pero con paso firme, transformando las reglas sobre lo que significa vestirse elegantemente.

Muchas de ellas no han tenido ningún problema en revelar que le gusta la moda, hemos visto su especial preferencias por los calzados, los bolsos de manos, el uso elegante y estratégico en los finos accesorios de joyería. Los que siempre he considerado como la mejor muestra de la elegancia en la mujer.

Conocer la moda y saberla adaptar al estilo y figura, es uno de los retos de toda mujer en la política, en los negocios, en todas las áreas de la vida laboral. “Es ese reflector que la destaca”.