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El arte de servir café

El café es una de las bebidas preferidas tanto a primera hora de la mañana como después de una deliciosa comida.

Su consumo tiene mitos y creencias, en ocasiones equivocadas. Con más adeptos y amantes después del agua, es la segunda más consumida en el mundo: se estima 2.500 millones de tazas diarias.

Nada como tomar un buen café en compañía de nuestros invitados, después de un agradable almuerzo o cena haciendo una sobremesa agradable.

Antes de servirlo es bueno preguntar sobre las opciones: solo, corto, largo, negro, con crema, o algún punto de licor... Es bueno disponer la alternativa de infusiones de té, (poleo, menta o manzanilla).

En casa el café siempre tuvo especial presentación. Se seleccionaban las bajillas de acuerdo a la ocasión en su formalidad; los temas estacionales, enriquecían la bandeja con hermosos diseños. Nos enseñaron que para servir el café de manera correcta debíamos tener elementos bien puestos y en armonía en una amplia bandeja. Colocado todo cómodamente, la cafetera, la azucarera y cremera, sumándose las tazas, platillos (todo armónico o en juego; porcelana o plata), cucharitas, servilletas, algunos adornos en miniaturas de figuritas o florero pequeño donde se colocaran detalles verdes o de flores.

Se puede servir en la mesa donde fue la comida, en la sala, terraza o donde indiquen los anfitriones. En la mesa se sirve del lado derecho del invitado, o que cada uno se sirva su café. Este siempre debe estar recién hecho y caliente. Es importante conocer la cantidad que hay que preparar.

Si ha faltado o enfriado el café para repetir o alguien llego después del brindis, es mejor hacer uno nuevo. La bandeja lleva leche caliente y fría, azucarero, edulcorante para los que no toman azúcar, café descafeinado...

No es correcto hacer ruido con la cucharilla al moverlo, es molesto el sonido contra la taza. Antes de dar el sorbo de café o infusión (té), hay que sacar la cucharilla de la taza, nunca probamos con ella, tampoco se debe soplar.

Cuando tenemos brindis de café, en las tardes o cuando nos llega visita, podemos acompañarlo con algún tipo de "entremés": bombones, galleticas, bocaditos, pastelitos, pirulí… Aunque se diga la "hora del café" se permite ofrecer las infusiones, que llevan también su rito, tetera y tasas apropiadas. Podemos ofrecer un "chupito" o trago corto de algún licor.

Las galletas, pastelillos, bombones, no se deben mojar en el café. Hay que utilizar un plato pequeño de postre con tenedor o una cucharilla, depende de la textura del dulce.

Se ha dicho que servirlo es todo un arte!, y dicen bien... Una taza de café por lienzo y una jarra de leche por pincel, los profesionales conocidos como baristas, dibujan según creatividad: corazones, flores o animales… podemos encontrar otras formas pues estos artistas realizan admirables diseños. Esta llamativa innovación de gran atención, es llamado "arte del latte" y para los entendidos en café, es el toque final a un expreso exquisitamente preparado.

Siempre es bueno conocer las normas, formas y reglas para disfruta uno de los mayores placeres de la vida... Una taza de café.

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