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Algo que contar

Por seguridad, en el periodismo hay formas de hacer las cosas que nunca cambiarán

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ivelisse VillegasSanto Domingo

No suelo hacer cobertura de actividades a la que asiste el Presidente de la República, pero a todas las que he asistido he observado un mismo patrón de comportamiento, que ahora en este tiempo de pandemia es que más llama mi atención. Y veo lo siguiente: Sin importar el lugar donde se desarrolle el evento, la hora, el día y la motivación, a los periodistas se nos trata a todos por igual, cuando nos encierran como si fuéramos ovejas en un corral o sardinas en la lata. No sé cuál término sería el más apropiado para describir tal acción. El hecho es que uno se siente enjaulado. Otra práctica es colocarnos en una tarima a una distancia que dificulta hacer bien el trabajo.

Quienes tienen años haciendo esto- quizás lo ven normal, pues yo no… Apelo a que esta forma de tratar a la prensa debe mejorar en algún ciclo vital de la profesión y de quien la ejerce.

Preguntas sin respuestas

En la mayoría de las profesiones quien la necesita, la busca para satisfacer una necesidad, en el caso de los periodistas tenemos que salir a buscar la información para satisfacer la necesidad de una sociedad a estar informada y en se afán hago parte de la piramide invertida.

Cómo es posible que para cuidar la integridad física del presidente y no ser acosado con preguntas fuera de agenda, tengan que colocarlos en un marco de piso, que a veces toca estar de frente o de lado. Y ahí de pie, apeñuscados, periodistas, fotógrafos y camarógrafos hacen magia para obtener un trabajo de imagen de calidad.

Traumático

En mi más reciente experiencia, aparte de estar pasando todo esto, hacía un calor infernal, y podía sentir la respiración de mi compañero de al lado en la nuca. Muchas damas que cubrían ese día optaron por sentarse a la orilla de la plataforma, ya cansadas. A veces, la actividad se inicia pasada la una hora, y para muchos que cubren la fuente llegan hasta una hora antes. Y cuidado con moverse de ahí, la seguridad está atenta de que la jaula esté en orden.

Con esto no estoy acusando a nadie, ni buscando culpable, porque es una práctica heredada a la que se obedece como si fuera la forma correcta de hacerlo, y un protocolo a cumplir en el que no hay elección, por seguridad.

Esta cobertura es la más importante para el medio y la nación, pero el auge de la tecnología que envuelve la práctica resta peso a su presencia, pues con un clic y en segundo la noticia es recibida antes de llegar a la redacción y todos reproducimos lo mismo. ¿Dónde está el valor agregado que sustenta la acción? Que un político invitado al acto quiera aportar su opinión respecto a un hecho noticioso de interés colectivo o que el presidente hable.

Es y será así

Es increíble cómo las tecnologías han transformado la forma de los seres humanos comunicarnos y con ellos a los medios de comunicación, y pese a esto, esta práctica no cambia.

Buscando orientación con el tema, le escribí a periodistas de la región y criollos que cubrieron esta fuente por muchos años y dicen que siempre es así, aunque con algunas variantes. En definitiva, esto es simplemente, algo que contar, les dejo al relevo generacional la tarea de un cambio, que esperamos sea para el bien del “cuarto poder”. Y como dice Javier Dario Restrepo hay un periodismo prescindible por el que no vale la pena sacrificar un árbol, y hay otro de tal valor, que por él vale la pena sacrificar un bosque”.