DE CERCA

Empresas más humanas, personas más productivas

Fui invitada por la directiva de la Federación de Mujeres Empresarias Dominico Internacional (FEM) a participar de la conferencia ‘Humanizando marcas y organizaciones en la era digital’, a cargo de la coach de desarrollo profesional, Astrid Encarnación. Magistralmente, la experta colocó el auditorio en actitud reflexiva, al hacer énfasis en la importancia de combinar sabiamente los beneficios que pueden aportar los avances tecnológicos, con la magia de las relaciones humanas como clave de la eficiencia y productividad. Aquí comparto mi aprendizaje:

Un reto cada día La estela que vamos dejando a nuestro paso no puede circunscribirse a la labor profesional. Cada líder de equipo debe comprometerse a ser cada día un mejor ser humano porque sabe perfectamente que las iniciativas operacionales alcanzan la máxima expresión de éxito cuando son empujadas a través de acciones humanas.

Ser entes solidarios y empáticos es una de las tareas más difíciles, porque, quizá sin proponérnoslo, traicionamos ese planteamiento al secundar las virtudes humanas ante el resultado rápido, y por qué no, preciso, de la tecnología, olvidando que el liderazgo humanizado incluye aceptar que las personas cambian de estado de ánimo, se enferman y se equivocan. El ejercicio gerencial debe conectarse con las necesidades emocionales.

Más productivos La productividad no la determina un software, ni siquiera una buena estrategia, prima la gente que dirige la gente. Humanizar el ambiente de trabajo influye en la estabilidad laboral. Lo que motiva y retiene a los profesionales en sus puestos de trabajo ha cambiado. Las personas quieren sentirse personas, sin duda, las nuevas políticas empresariales deben incluir una cultura de cuidado para el talento humano. No podemos permitir que se deshumanicen las empresas por la inmediatez de las cosas y que la vorágine de la tecnología nos robe el tiempo de sonreír, saludar o escuchar a quienes nos acompañan en la jornada diaria.

La búsqueda del bien común “Pensar siempre como niños”, pareciera una frase gastada, pero es un concepto que envuelve sapiencia. La sencillez infantil nos invita a aprender con humildad siempre algo nuevo, a colaborar, a ser menos egoístas y a pensar que somos parte de un todo, no ese todo. La búsqueda del bien común debe ser una constante de líderes y colaboradores. Que las empresas sean una plataforma para la creación de vínculos genuinos y una cadena de valor, no es una utopía, se llama felicidad laboral, y nada tiene que ver con ningún programa de tecnología. ¡Hasta el lunes!

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