Una fundación que abre camino a la niñez

Cuando la vocación de servicio y el deseo de ayudar a los que menos pueden une a tres profesionales con un mismo objetivo los resultados no se hacen esperar.

Este es el caso de Nelia Barletta, Elisabeth Puig y Mijo Leurent, quienes dieron rienda suelta a un pensamiento en común y, hoy, 14 años después, hablan de su satisfacción por los logros alcanzados.

Se conocieron en los pasillos del Liceo Francés, donde estudiaban sus hijos. Un día dejaron de lado la prisa con que cada mañana llegaban para dejar a sus vástagos y acordaron juntarse para unificar las ideas que dieron paso a lo que es la Fundación Abriendo Camino.

Constituida bajo los criterios comunes de cada una de estas guerreras con alma noble, la organización sin fines de lucro, ubicada en el corazón de Villas Agrícolas, trabaja en favor de los niños, niñas y jóvenes marginados de la zona.

La complicidad con que explican cómo se juntaron denota las buenas vibras que fluyen a la hora de tomar decisiones en favor de los que cada día desfilan en busca de los conocimientos y la ayuda que ofrecen desde el 2002 cuando iniciaron el proyecto.

“Este es un sueño compartido de tres mujeres que nos unimos para entrelazar las inquietudes que nos motivaron a buscar la manera de ayudar a la niñez desfavorecida. Tras dar el primer paso la visión se fue construyendo a medida que fueron colaborando con las acciones comunitarias de las misioneras francesas del Sagrado Corazón de Jesús en el barrio de Villas Agrícolas” Coincidieron las protagonistas de la fundación.

Conscientes de que la iniciativa no sería una batalla fácil, Barletta, Puig y Leurent cuentan que desafiaron las advertencias de sus familiares, quienes temían por su seguridad ya que el lugar elegido para llevar su labor altruista es uno de los más vulnerables por la inseguridad del sector y el peligro al que tenían que exponerse.

Hoy, con la satisfacción del deber cumplido, muestran los frutos cosechados. Dan gracias a Dios por la colaboración de los resiendentes del sector, quienes además de integrarse a la tarea que realizan también las cuidan y las protegen cuando entran y salen.

El brillo de sus miradas y la firmeza de su voz al hablar entre sí dejan claro que este sueño se ha materializado gracias a la colaboración de quienes aportan su granito de arena para realizar un trabajo tan increíble en un barrio donde solo se respiraba pobreza y delincuencia.

Logros Organizar actividades educativas y recreativas para el desarrollo integral de los niños, niñas y jóvenes del sector forma parte del fuerte programa que cada día agotan los colaboradores de Abriendo Camino que ofrecen su apoyo a los pequeños a partir de los 4 años, en la lectura, escritura, matemáticas, nivelación escolar, educación artística y en valores.

Aquí también se ofrece orientación psicopedagógica a los pequeños, así como apoyo psicológico y educación integral a sus familias cuando es necesario, explicaron las creadoras de esta iniciativa.

Según cuentan otra de las enseñanzas que facilitan es la organización de talleres de capacitación técnico profesional para jóvenes y adultos.

Para ayudar a las madres a empoderarse y ser más independientes imparten cursos de artesanía y artículos tejidos que le permiten generar dinero y mejorar sus condiciones de vida.

Otra de las grandes satisfaciones que llena de emoción a las ideólogas de la institución es cuando ven a los pequeños cada sábado desfilando a recibir clases de música, baile, dibujo e inglés para todas las edades.