80 años después, el cuerpo de Antoine de Saint-Exupéry, autor de El Principito, sigue desaparecido

Hace 80 años, el 31 de julio de 1944, fallecía el escritor francés Antoine de #SaintExupéry, autor de El Principito. El aviador, que formaba parte de un comando aliado durante la Segunda Guerra Mundial, despegó desde Córcega para una misión de reconocimiento. Su avión desapareció en aguas del Mediterráneo. En RFI lo evocamos con un video ilustrado con dibujos de nuestro colega Baptiste Condominas en el que resumimos la doble vida del piloto y escritor.

El Principito.

El Principito.

Desde niño, Antoine de Saint-Exupéry tuvo une fascinación por los aviones. Con apenas 12 años realizó su primer vuelo, en el aeródromo de Ambérieu-en-Bugey. Fue el inicio de una vocación de aviador.

En 1921, durante su servicio militar, obtuvo su licencia de piloto, pero un grave accidente, dos años más tarde, frenó su carrera en las fuerzas aéreas.

Abandonó la aviación durante un tiempo antes de retomar en 1926 cuando fue contratado por la compañía francesa Aeropostal. Es en esta empresa que comienza la leyenda del piloto Saint-Exupéry, junto con los célebres pilotos franceses Jean Mermoz y Henri Guillaumet.

Para Aeropostal, vuela regularmente a Senegal, al Sahara y es uno de los primeros que viaja regularmente hasta la Patagonia mientras que, paralelamente, publicaba sus primeros libros, como Correo del Sur y Vuelo nocturno. 

A inicios de los años 30, la Compañía Aeropostal quebró y a partir de entonces Saint-Exupéry se consagró exclusivamente a la escritura y al periodismo.

Pero nunca dejó de volar. En 1935 intentó batir el récord de tiempo de vuelo entre París y Saigón, pero fracasó después de un accidente en el Sahara.

Tres años más tarde intentó volar de Nueva York a la Tierra del Fuego pero su expedición quedó trunca en Guatemala a raíz de un nuevo accidente. En esa época e inspirándose en sus vivencias, escribió el libro Tierra de hombres.

Al inicio de la Segunda Guerra Mundial, Saint-Exupéry reintegró la Fuerza Aérea. En 1940, con la caída de Francia frente al régimen nazi, se exilió en Nueva York y fue durante este exilio, en 1943, que escribió su obra cumbre, El Principito.

Hacia el final de la guerra, insatisfecho por su participación pasiva en el conflicto, volvió a Europa e integró un comando aliado de reconocimiento aéreo.

El 31 de julio de 1944, tras despegar de la isla de Córcega para una misión de reconocimiento sobre el Mediterráneo, no regresó jamás y su cuerpo nunca fue hallado.