LGBTQ
Tailandia se convierte en el tercer país asiático en reconocer el matrimonio igualitario
Tailandia, donde la nueva ley podría entrar en vigor a finales de año y que cuenta con una de las comunidades LGTBI más grandes y visibles de toda Asia
La aprobación este miércoles por parte del Parlamento de Tailandia de una ley de matrimonio igualitario es un nuevo avance de los derechos del colectivo LGTBI en Asia, donde solo otros dos países han legalizado las uniones entre personas del mismo sexo.
Tailandia, donde la nueva ley podría entrar en vigor a finales de año y que cuenta con una de las comunidades LGTBI más grandes y visibles de toda Asia, se posiciona como la única nación del Sudeste Asiático en reconocer este derecho, donde los retrocesos son palpables en países como Indonesia, Malasia o Brunéi.
Mientras Taiwán fue el pionero en Asia en 2019, seguido de Nepal el año pasado, en Japón e India el debate es intenso y está habiendo avances tanto en los tribunales como en el ámbito político.
Taiwán, el país pionero
El 24 de mayo de 2019 Taiwán legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo, dos años después de que el Tribunal Constitucional de la isla considerase inconstitucional la prohibición del matrimonio igualitario.
La normativa ha permitido casarse a más de 10.000 parejas del mismo sexo, según cifras del Ministerio del Interior isleño.
La legalización también abrió la puerta al reconocimiento de nuevos derechos en Taiwán, como la modificación, a mediados del año pasado, de la ley de matrimonio igualitario para permitir que las parejas del mismo sexo puedan adoptar niños con los que no están biológicamente emparentados.
Situación que contrasta con la de China, donde si bien hay un cierto grado de aceptación social de las minorías sexuales, el colectivo LGTBI todavía no tiene derecho a la adopción ni al matrimonio igualitario.
En China, la homosexualidad es legal desde 1997, aunque el colectivo todavía se enfrenta a numerosos prejuicios y desafíos, intensificados en los últimos años a raíz de campañas oficiales que apoyan un modelo de masculinidad tradicional.
Nepal, en la vanguardia del Sur de Asia
Nepal fue el primer país en legalizar la homosexualidad en el sur de Asia. El 19 de noviembre del año pasado Nepal reconoció la primera unión homosexual al dar legitimidad al matrimonio de un hombre y una mujer trans.
Dos meses después, el 14 de febrero de 2024, Nepal registró su primer matrimonio entre dos mujeres, convirtiéndose así en el país más a la vanguardia de los derechos LGTBI en el Sur de Asia, que cuenta con sociedades muy conservadoras.
India, la lucha en los tribunales
Aunque en 2018 la India logró la despenalización de la homosexualidad, después de que el Tribunal Supremo declarara inconstitucional un apartado del código penal heredado de la época colonial británica, el matrimonio homosexual no es legalmente reconocido en ese país .
El año pasado varias parejas homosexuales presentaron una serie de peticiones para lograr la legalidad de uniones entre personas del mismo sexo, pero el Supremo se rehusó a respaldar la solicitud traspasando esta capacidad al Gobierno central, que se ha opuesto siempre a este asunto.
La comunidad LGTBI buscaba la modificación de una ley existente, la Ley especial de Matrimonio, que es de carácter laico y se encuentra al margen de las leyes de matrimonio hindú, musulmán o cristiano que también rigen en la India.
Japón, se abre el camino a la legalización
Japón es el único país miembro del G7 que no reconoce el matrimonio homosexual, aunque en los últimos años sus tribunales y autoridades locales han dado una serie de pasos que conceden ciertos derechos para estas parejas y abren el camino para una futura legalización.
Varias sentencias de distintas instancias japonesas han señalado que la normativa nipona actual es inconstitucional al no tener en cuenta derechos fundamentales de estas personas. Sin embargo, esos dictámenes judiciales no obligan al Ejecutivo a cambiar la ley.
El partido gobernante conservador es reacio a la legalización del matrimonio homosexual pese a que diversas encuestas han mostrado que esa medida cuenta con un apoyo social mayoritario, y a que numerosas autoridades locales, entre ellas el Gobierno de la región de Tokio, sí reconocen los enlaces entre personas del mismo sexo, lo que les concede algunos derechos civiles y sociales.