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"En Nicaragua, orar por un obispo encarcelado es considerado delito", denuncian opositores

Los opositores basan su denuncia tras el arresto del obispo Isidoro del Carmen Mora Ortega, de la diócesis de Siuna, en el Caribe de Nicaragua, quien fue detenido por la Policía Nacional un día después que invocara en una homilía al obispo Álvarez.

Un cartel con el obispo Rolando Álvarez y el papa Francisco cuelga dentro de la Catedral en Matagalpa, Nicaragua, el 19 de agosto de 2022.   AP

Un cartel con el obispo Rolando Álvarez y el papa Francisco cuelga dentro de la Catedral en Matagalpa, Nicaragua, el 19 de agosto de 2022. APARCHIVO

Dirigentes opositores nicaragüenses exiliados denunciaron este jueves que el Gobierno que preside Daniel Ortega en Nicaragua pretende prohibir que se mencione en las misas al obispo encarcelado Rolando Álvarez, quien fue condenado en febrero pasado a más de 26 años de prisión por delitos considerados traición a la patria tras negarse a abandonar su país.

Los opositores basan su denuncia tras el arresto del obispo Isidoro del Carmen Mora Ortega, de la diócesis de Siuna, en el Caribe de Nicaragua, quien fue detenido por la Policía Nacional un día después que invocara en una homilía al obispo Álvarez.

"En Nicaragua, orar por un obispo hermano es considerado delito", señaló el dirigente opositor nicaragüense desnacionalizado Juan Sebastián Chamorro en su cuenta de la red social X (antes Twitter), en donde compartió el mensaje ofrecido por el obispo Mora antes de ser detenido.

Mora, de 63 años, fue detenido el miércoles un día después de presidir una misa en ocasión del 99 aniversario de la creación canónica de la diócesis de Matagalpa (norte), que preside el obispo Álvarez, en la que aseguró que la Conferencia Episcopal de Nicaragua permanece unida en oración, tanto por esa Diócesis como por el jerarca encarcelado.

Comparan a Ortega con el faraón

"Una muestra de solidaridad es lo que tiene hoy encarcelado injustamente a monseñor Isidoro Mora, segundo obispo preso político de la dictadura de Ortega y Murillo", indicó en un mensaje la opositora Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN), integrado por estudiantes y egresados nicaragüenses exiliados.

El denominado Movimiento Nacional Autoconvocado consideró que "la persecución contra la Iglesia católica (de Nicaragua) es total" y que ahora "mencionar el nombre de monseñor Alvarez se ha convertido en un delito perseguido por el régimen".

Según la investigadora nicaragüense exiliada Martha Patricia Molina, autora del estudio titulado 'Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?', las autoridades de su país han prohibido a los sacerdotes "mencionar el nombre del obispo Álvarez".

"Cuenta la Biblia que el odio del faraón hacia Moisés era tan extremo, que mandó a borrar el nombre de Moisés de todo para que no quedara rastro de su existencia. Lo que el faraón en realidad sentía era miedo. Hoy la dictadura de los Ortega convierte en delito mencionar el nombre de monseñor Rolando Álvarez. Esa es la razón por la cual han secuestrado a monseñor Mora", comparó, por su lado, el dirigente opositor también desnacionalizado Félix Maradiaga.

Mora fue nombrado obispo de la Diócesis de Siuna por el papa Francisco el 8 de abril de 2021. Antes fue sacerdote de la parroquia San Ramón Nonato, de la Diócesis de Matagalpa.

La Policía Nacional sigue sin confirmar ni negar la presunta detención del obispo, cuyo arresto fue denunciado por la comunidad Libertad Religiosa Nicaragua y allegados al religioso.

Dos obispos detenidos, uno de ellos condenado

Mora se convierte en el segundo obispo detenido en Nicaragua. El primero fue Álvarez, quien el 10 de febrero pasado fue condenado a 26 años y 4 meses de prisión, despojado de su nacionalidad, y suspendidos sus derechos ciudadanos de por vida por delitos considerados traición a la patria.

Esa condena fue dictada un día después de que Álvarez rechazó subirse a un avión que lo iba a llevar, junto con otros 222 excarcelados políticos nicaragüenses, hacia Estados Unidos, lo que provocó la indignación del presidente Ortega, quien en cadena nacional lo calificó de "soberbio", "desquiciado" y "energúmeno".