La ONU alerta de la "amenaza" por una mayor pureza y tráfico de cocaína
La producción y el tráfico de cocaína siguen aumentando por la flexibilización de las medidas de contención contra la covid-19 que en 2021 permitieron mover las reservas de droga -de mayor pureza- que se acumularon el año anterior, advierte un informe de la ONU publicado este jueves.
"Preocupa especialmente el acusado aumento de la producción y el tráfico ilícitos de cocaína", señala el reporte de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), un organismo de la ONU encargado de velar por el cumplimiento de los tratados contra las drogas.
Además, recuerda que también hay más disponibilidad de la cocaína de gran pureza, lo que "plantea una creciente amenaza para la salud pública".
La JIFE indica que hay expertos que consideran que con la relajación de las medidas contra la pandemia, "los traficantes han movido las existencias que se habían ido acumulando tras la implantación de dichas restricciones".
Aunque no hay datos precisos sobre la cantidad de cocaína incautada en 2021, el informe indica que sólo los alijos interceptados por la oficina de Aduanas de Estados Unidos crecieron ese año casi un 70 %, hasta las 40 toneladas.
Igualmente, se indica que los datos preliminares en varios países europeos en 2021 muestran que se volvió a superar el récord de 215 toneladas en 2020, hasta las 240 del año pasado.
En Europa, las mayores remesas de cocaína se localizaron en buques de carga, en los puertos belga de Amberes y neerlandés de Róterdam.
Con todo, la JIFE señala que se han incautado alijos en otros lugares de Europa, lo que puede indicar que los traficantes están probando puntos de entrada donde los controles no sean tan estrictos.
De hecho, la vía marítima, la principal usada por los traficantes desde hace años, creció en 2021. Ese año, la cocaína incautada en esas rutas representó el 89 % del total mundial, frente al 78 % en 2020.
Entonces se intensificó el transporte por aeronaves privadas procedentes de América Latina para sortear las restricciones relacionadas con la pandemia.
También hubo incautaciones importantes en América del Sur, como las 15 toneladas en Venezuela, la mayor cantidad en quince años, o las 20 toneladas de Bolivia, un aumento del 26 % respecto a 2020.
Otros incrementos de droga confiscada se registraron en Panamá, Costa Rica o República Dominicana, países de tránsito en la ruta desde los centros de cultivo de hoja de coca en Perú, Colombia y Bolivia hacia Estados Unidos.
La JIFE señala que la cadena de suministro se ha diversificado y hecho más eficaz, con lo que ha provocado "un aumento del suministro, un producto más puro y precios más bajos".
De hecho, el informe recuerda que el grado de pureza de la cocaína en Europa ha aumentado un 40 % en los últimos diez años.
El informe recoge datos de producción de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) que muestran que el cultivo ilícito mundial del arbusto de coca aumentó un 50 % entre 2015 y 2020, cuando se llegó a las 234.200 hectáreas.
La producción de cocaína se duplicó entre esos dos años, hasta las casi 2.000 toneladas de 2020.
Colombia, con 143.000 hectáreas, siguió siendo el principal productor de hoja de coca, seguido de Perú (61.800) y Bolivia (29.400), señala la JIFE.