Líderes mundiales viajan a Londres para funeral de Isabel II
Miles de policías, cientos de soldados y un ejército de funcionarios ultimaban los preparativos el domingo para el funeral de estado de la reina Isabel II, una demostración espectacular de luto nacional que también será la mayor reunión de líderes mundiales en años.
La gente en toda Gran Bretaña guardó un minuto de silencio a las 8 de la noche en memoria de la única monarca que la mayoría de ellos han conocido. En el Salón Westminster, donde yace el cuerpo de la reina, el flujo constante de dolientes se detuvo para hacer una pausa en señal de respeto.
En Windsor, donde la monarca será enterrada el lunes por la tarde después de su funeral en la Abadía de Westminster, la lluvia comenzó a caer mientras la multitud guardaba el minuto de silencio. Algunos dolientes han instalado pequeños campamentos con sillas frente al castillo de Windsor, y planeaban pasar la noche allí con el fin de apartar los mejores lugares para ver el féretro a su llegada.
“Bueno, es sólo una noche y un día de nuestras vidas. Isabel nos dio 70 años. Así que no es mucho pedir, ¿o sí?”, dijo Fred Sweeney, de 52 años, quien apartó su lugar con dos banderas británicas.
El presidente estadounidense Joe Biden y la primera dama Jill Biden estuvieron entre los miles de dolientes —desde residentes y turistas hasta dignatarios extranjeros— en rendir sus respetos a la monarca. El mandatario se persignó y colocó su mano sobre el pecho mientras permanecía de pie junto al féretro en el salón de 900 años de antigüedad, acompañado de su esposa y de la embajadora Jane Hartley.
Biden firmó el libro de condolencias y acudió a una recepción en el Palacio de Buckingham con el rey Carlos III. Es uno de los 500 gobernantes y miembros de familias reales de todo el mundo invitados al funeral de Estado de la reina, junto con cientos de dignatarios, políticos, militares veteranos y trabajadores de organismos de caridad británicos.
Al firmar el libro de condolencias, Biden dijo que Isabel II había sido “decente” y “honorable” y “dedicada al servicio”.
“La reina Isabel vivió su vida para el pueblo”, escribió Jill Biden en el libro de condolencias para cónyugues y embajadores. “Sirvió con sabiduría y gracia. Nunca olvidaremos su calidez, su amabilidad y las conversaciones que compartimos”.
Entre los ausentes estará el príncipe heredero saudí Mohamed bin Salman, cuya invitación desató críticas de grupos activistas por los derechos humanos debido al asesinato del periodista Jamal Khashoggi dentro del consulado saudí en Estambul en 2018. Se tiene prevista la presencia de otro miembro de la familia real saudí, el príncipe Turki bin Mohamed.
A medida que llegaban los dignatarios también se acababa el tiempo para formarse en la fila más larga que muchos hayan visto para poder pasar frente al ataúd de la reina. La fila, que se extiende varios kilómetros, se cerró hacia la medianoche del domingo para que todos los que ya estaban formados puedan pasar ante el féretro antes del lunes por la mañana, cuando será trasladado a la Abadía de Westminster para el funeral.
Familia por familia, miles de personas siguieron formándose a todas horas, lidiando con las bajas temperaturas y enfrentándose a esperas de hasta 17 horas en la fila, que se extendía más de 8 kilómetros (5 millas).
Lauren Wilson, de 36 años, estaba formada en una fila mucho más corta para personas con problemas de movilidad. Dijo que quería vivir la experiencia de ver el féretro.
“La situación del mundo es muy rara y luego pasa esto. Se siente más trascendental”, declaró.
Le preocupa que la pompa en torno al fallecimiento de Isabel prive a los familiares de la reina de su capacidad para aceptar su pérdida.
“A la familia no se le permite lamentarse. Me parece bastante doloroso”, señaló.
Los ocho nietos de la monarca, encabezados por el príncipe Guillermo —el heredero al trono_, rodearon el ataúd y montaron guardia en una vigilia silenciosa el sábado por la tarde.
Entre los líderes mundiales que llegaron a Londres estaba la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, quien le dijo a la BBC que se sentía honrada de representar a su nación en las exequias y ver el duelo nacional por la muerte de la reina.
“Lo que más voy a recordar de estos días es la belleza de la respuesta colectiva, la amabilidad de la gente, su paciencia, su compañerismo. Eso para mí ha sido el homenaje más conmovedor de todos, la respuesta del pueblo británico”, declaró la primera ministra.
La primera dama de Ucrania, Olena Zelenska, también estaba entre los dolientes que ofrecieron su pésame ante el ataúd de la monarca.
El lunes fue declarado feriado nacional en honor de Isabel, quien murió el 8 de septiembre a los 96 años, 70 de ellos en el trono. Su funeral se transmitirá en vivo a más de 200 naciones y territorios, además de pantallas en parques y espacios públicos de toda Gran Bretaña.
Miles de policías de todo el país trabajarían en la mayor operación policial de un día en la historia de Londres.