Atropelló un caimán de 2 metros y manejó sin parar hasta reportar una averia

Foto: Fuente Externa.

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Un turista atropelló en Florida con su automóvil a un caimán de más de dos metros de largo, que quedó incrustado en los bajos del vehículo, pero por miedo a que estuviera aún con vida siguió manejando todo lo que pudo antes de avisar de una "avería", según informó este domingo un diario de Miami.

Los hechos sucedieron el 17 de abril en una carretera que cruza el sur de Florida de costa a costa y pasa por los Everglades, un enorme humedal poblado de caimanes y serpientes pitones, entre otra fauna, pero se han conocido ahora por el conductor de la empresa de grúas que atendió al turista, según el diario El Nuevo Herald.

A Joshua Schroeder nadie le advirtió de cuál era el problema del vehículo que debía remolcar en medio de la noche y solo lo supo cuando llegó al lugar y se encontró el automóvil y a un turista aterrorizado, del que solo se ha dicho que vive en Nueva York.

"Llegué al lugar y cuando miré por la ventanilla trasera del camión me percaté de que no podía ver una de las ruedas del auto", le dijo al diario miamense el conductor de grúas de la empresa United States Transport Towing & Recovery.

Cuando se bajó del camión, vio a un caimán de siete pies (2,1 metros) atrapado en la rueda. "Estaba tan incrustado que tuve que remolcar el vehículo con el caimán aún atrapado debajo", dijo.

Se supone que para entonces el reptil ya no estaba vivo.

"El hombre estaba asustado, pero ¿quién no iba a estarlo en una situación así? Si uno atropella a un caimán, lo primero que piensa es que está vivo y furioso con uno", dijo Schroeder.

"Mi primera reacción -agregó- fue pensar que todavía podía estar vivo y tomé mis precauciones. Cuando está tan oscuro, lo ultimo que uno quiere hacer es buscar a un caimán debajo del automóvil".

Schroeder se llevó el vehículo con cocodrilo incluido hasta un concesionario de vehículos en Naples (costa oeste de Florida), pero no lo aceptaron porque el cuerpo del animal seguía allí.

Tampoco aceptaron el vehículo en un taller de chapistería y al final en la empresa de grúas tuvieron que despedazar al caimán para sacarlo del delantero y una de las ruedas.