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En partes de México, el ejército no parece combatir al narco

El cartel de Jalisco está invadiendo territorio rival en Michoacán.

Individuos que dicen pertenecer a una fuerza de "autodefensa" vigilan una carretera de acceso a Taixtán, estado mexicano de Michoacán, el 28 de octubre del 2021. (AP Photo/Eduardo Verdugo)

Individuos que dicen pertenecer a una fuerza de "autodefensa" vigilan una carretera de acceso a Taixtán, estado mexicano de Michoacán, el 28 de octubre del 2021. (AP Photo/Eduardo Verdugo)

En el oeste de México, una pequeña unidad de soldados con media docena de camionetas y barricadas de bolsas de arena montan guardia sobre una carretera rural. A un lado, muy cerca, hay un puesto de control de un cartel de las drogas que extorsiona a los campesinos. Del otro, un cartel rival patrulla el lugar en camionetas que llevan sus iniciales.

El ejército mexicano ya casi no combate a los narcos aquí y sus soldados simplemente se aseguran de que las bandas no invaden territorios de otros, haciendo la vista gorda a las actividades delictivas que llevan a cabo a pocas cuadras.

En el primer puesto de control, instalado por los Viagras, una banda que dominó por mucho tiempo el estado de Michoacán, hay una camioneta estacionada en la ruta y una pila de bolsas de arena que protegen a los bandidos.

Cada tanto corren la camioneta para permitir el paso de los campesinos, pero primero le preguntan al conductor cuántos cajones de limones —el principal cultivo de la zona— o cuántas cabezas de ganado llevan al mercado. Escriben la respuesta en un anotador.

Los lugareños dicen que los Viagras les cobran 150 dólares por cada camioneta cargada de limones. Pesan y cobran por separado cada cabeza de ganado.

Más al norte, agricultores que cultivan aguacates son sometidos al mismo trato, pagando una “protección” por cada caja aguacates que transportan.

“Cuidado con lo que publicas”, le advirtió el comandante de un puesto de control de los Viagras a un periodista que pasaba por allí. “Tengo buscador de Facebook y te encuentro”.

A unos 3 kilómetros (2 millas) por la misma carretera, se ingresa a territorio de otro cartel, en el que hay grupos de hombres armados con pickups e improvisados vehículos blindados con las siglas “CJNG”, alusivas al Cartel de Jalisco Nueva Generación.

Entre ambos se encuentran los soldados, que hacen poco y nada.

El cartel de Jalisco está invadiendo territorio rival en Michoacán, forzando el desplazamiento de miles de agricultores, algunos de los cuales piden asilo en Estados Unidos. Si bien los periodistas pueden ver pocas amenazas en la ciudad de Aguililla (Michoacán), tomada hace poco por el cartel de Jalisco, los lugareños dicen que los narcos han secuestrado, y probablemente matado, a jóvenes que sospechaban trabajaban para bandas rivales.

El secretario de Defensa de México, general Luis Cresencio Sandoval, dijo públicamente que la misión de los soldados es evitar que el cartel de Jalisco penetre territorios de Michoacán.

“Se logró que uno de los grupos delictivos, el cártel Jalisco, hiciera un retroceso hacía los límites con el estado de Jalisco”, declaró el militar en octubre. Las autoridades nacionales y estatales no respondieron a reiterados pedidos de comentarios sobre esa estrategia.