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Grupos buscan combatir altos precios de medicinas en EEUU

Impacientes por la inacción de Washington para bajar los precios de las medicinas, grupos de hospitales, startups y organizaciones sin fines de lucro de Estados Unidos han comenzado a producir sus propias medicinas en un esfuerzo por contrarrestar los altos precios y la persistente escasez de fármacos en un mercado con escasa competencia.

Algunas de estas iniciativas ya han generado y despachado millones de dosis. Casi la mitad de los hospitales de Estados Unidos tienen alguna medicina surgida de estos proyectos y en un futuro cercano habrá fármacos de este origen también en las farmacias.

La mayoría de estos grupos trabajan con medicinas genéricas, aunque al menos uno está tratando de producir medicinas nuevas. Todos se proponen venderlas a precios muy por debajo de los de la competencia.

“Estas compañías abordan diferentes aspectos del problema y tratan de ofrecer soluciones novedosas” para producir medicinas más baratas, expresó Stacie Dusetzina, profesora de salud pública de la Universidad de Vanderbilt. “La gente debería tener acceso a las medicinas que necesita sin ir a la quiebra”.

Si bien algunas de estas iniciativas están resolviendo problemas de suministro y bajando los costos de las medicinas de los hospitales, los expertos difieren en torno a hasta qué punto se beneficiará la gente.

Dusetzina dijo que estos proyectos podrían generar competencia, al menos en algunas medicinas.

El doctor Aaron Kesselheim, investigador de la Facultad de Medicina de Harvard experto en precios, considera que algunas de estas iniciativas “pueden bajar el precio que paga la gente, sin duda”.

Pero David Mitchell, fundador de una agrupación de consumidores independientes llamada Patiens for Affordable Drugs (Pacientes por Medicinas Accesibles), dijo que pueden ayudar en determinadas áreas, pero “no lo suficiente como para arreglar un sistema que no funciona”.

Varios hospitales pusieron en marcha Civica Rx hace tres años. Hoy suministra unas 50 medicinas inyectables que escasean mucho a más de 1.400 hospitales y a los departamentos de Defensa y de Asuntos de los Veteranos. Ya vendió suficientes medicinas como para tratar a 17 millones de pacientes, incluidos muchos hospitalizados con el COVID-19.

Ahora se propone vender directamente al consumidor, según su director ejecutivo Martin VanTrieste. En sociedad con planes de las aseguradoras Anthem and Blue Cross, CivicaScript piensa empezar con seis medicinas genéricas caras. Contratará al laboratorio Catalent para que empiece a producir esas medicinas, a ser vendidas en 50.000 farmacias a partir del 2023.

Otros productores alternativos de medicinas son Premier Inc. y Phlow Corp., que se proponen suministrar a los hospitales medicinas genéricas baratas que escasean siempre; NP2, que producirá medicinas genéricas para cáncer baratas, y EQRx, que dice que ofrecerá medicina s propias a “precios mucho más bajos” que los de la competencia.

Walmart hace poco agregó la insulina a las medicinas que produce ella misma.

El empresario Mark Cuban está ofreciendo dinero y su nombre a una empresa que se propone producir medicinas alternativas baratas, sin necesidad de seguros médicos. Su firma Cost Plus Drug Co. Piensa lanzar al mercado un centenar de medicinas para fin de año.

La profesora Dusetzina dice que es “un lindo proyecto para hacerle competencia a productos que no la tienen y que inflan los precios”.

Los laboratorios de nombre ejercen un monopolio que dura hasta dos décadas en Estados Unidos, por lo que la mayoría de los productores alternativos le apuntan a medicinas sin patentes, cuyos precios subieron mucho en los últimos años.

Las medicinas genéricas tienden a ser más baratas. Pero en las últimas dos décadas sus fabricantes se consolidaron y hay menos laboratorios produciendo ciertas medicinas genéricas. Esto, combinado con cierres temporales de algunos laboratorios, provocaron prolongada escasez. La reducción de la competencia, por otro lado, hizo que subiesen los precios.

La escasez de muchas medicinas motivó la creación de Civica. Y también hizo que la firma Premier Inc. lanzase un programa en el cual se producen más de 60 medicinas para 850 hospitales, según la directora de su división farmacéutica Jessica Daley. Civica y Premier dicen que sacaron varias medicinas de la lista de fármacos que escasean.

Phlow Corp., una firma financiada mayormente por el gobierno, se asoció en marzo con 11 hospitales de niños para combatir la escasez de medicinas genéricas para menores con cáncer y otras enfermedades graves.

Estos esfuerzos ayudaron a que los hospitales dispongan de medicinas vitales —sedantes, analgésicos y medicinas para problemas respiratorios— para los pacientes con COVID-19.

Los productores de medicinas alternativas están contratando fábricas nacionales cada vez que pueden y procurándose ingredientes aquí o en Europa, para diversificar la cadena de abastecimiento, la cual depende mucho de China y la India, que limitaron sus exportaciones al principio de la pandemia.