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El avance del virus abruma a los crematorios en India

Varias piras funerarias con víctimas del COVID-19 arden en una zona convertida en crematorio masivo en Nueva Delhi, India, el sábado 24 de abril de 2021.

Foto: AP/Altaf Qadri

Varias piras funerarias con víctimas del COVID-19 arden en una zona convertida en crematorio masivo en Nueva Delhi, India, el sábado 24 de abril de 2021. Foto: AP/Altaf Qadri

Los crematorios y sitios de sepultura en la India están sobrepasados por la devastadora nueva ola de contagios de coronavirus, que asola el populoso país con aterradora velocidad y ha llevado los suministros de oxígeno a niveles críticos, mientras los pacientes mueren en la fila de espera para ver a un médico.

Por cuarto día consecutivo, el país batió el domingo un récord del mundo de nuevos contagios debido a una persistente y nueva variante aparecida en el país, que ha socavado las declaraciones oficiales previas de victoria sobre la pandemia.

Los 349.691 casos confirmados del último día elevan el total de India a más de 16,9 millones, sólo por detrás de Estados Unidos. El Ministerio de Salud reportó otras 2.767 muertes en las 24 horas previas, con un total de 192.311 fallecidos por COVID-19 en el país.

Los expertos señalan que esas cifras podrían estar muy por debajo de las reales, ya que los casos sospechosos no se contabilizan y muchas muertes por la infección se están atribuyendo a problemas subyacentes de salud.

La crisis en la India es patente en sus cementerios y crematorios, y en las desgarradoras escenas de pacientes que mueren camino de los hospitales por falta de oxígeno.

Las zonas de enterramiento en la capital, Nueva Delhi, se están quedando sin espacio. En otras ciudades muy afectadas, las piras funerarias iluminan el cielo por la noche.

En Bhopal, una ciudad del centro del país, algunos crematorios han aumentado su capacidad de unas docenas de piras a más de 50. Aun así, según las autoridades, aún hay horas de espera.

En el crematorio local de Bhadbhada Vishram Ghat, los trabajadores dijeron haber incinerado a más de 110 personas el sábado, aunque las cifras oficiales reportaban apenas 10 muertos en la ciudad de 1,8 millones de personas.

“El virus está devorando a la gente de nuestra ciudad como un monstruo”, dijo Mamtesh Sharma, trabajador del lugar.

El flujo de cadáveres sin precedentes ha obligado al crematorio a saltarse las ceremonias individuales y detallados ritos que, según las creencias hindúes, liberan al alma en el ciclo de reencarnación.

“Sólo quemamos los cuerpos según llegan”, dijo Sharma. “Es como si estuviéramos en plena guerra”.

El jefe de sepultureros en el cementerio musulmán más grande de Nueva Delhi, donde se ha enterrado a 1.000 personas durante la pandemia, dijo que estaban llegando más cuerpos que el año pasado. “Temor que muy pronto nos quedemos sin espacio”, dijo Mohammad Shameem.

La situación es igualmente dura en los sobrepasados hospitales, donde personas desesperadas mueren mientras esperan a ver un médico, a veces en filas que salen del edificio.

Las autoridades sanitarias intentan ampliar las unidades de cuidados intensivos y aumentar el suministro de oxígeno. Hospitales y pacientes tienen problemas para conseguir el escaso material médico que se vende a precios disparados.

La crisis es un gran contraste con las afirmaciones de que “nadie en el país se quedó sin oxígeno”, que hizo el sábado el abogado jefe del Estado, Tushar Mehta, ante el Alto Tribunal de Delhi.

El colapso es un gran fracaso para un país cuyo primer ministro declaró en enero la victoria sobre el COVID-19 y que presumía de ser la “farmacia del mundo”, productor global de vacunas y modelo para otros países en desarrollo.

El último repunte tomó desprevenido al gobierno federal, que ha pedido a la industria que aumente la producción de oxígeno y fármacos cruciales que escasean. Pero los expertos en salud dicen que India tuvo un año entero para prepararse para lo inevitable, pero no lo hizo.

El doctor Krutika Kuppallo, profesora asistente de medicina en la división de enfermedades infecciosas en la Universidad Médica de Carolina del Sur, dijo que el gobierno indio ha sido “muy reactivo a esta situación, en lugar de proactivo”.

Señaló que el gobierno debería haber dedicado el último año, cuando el virus estaba más controlado, a trazar planes para abordar un repunte y “almacenado medicamentos y desarrollado acuerdos público-privados para ayudar a fabricar recursos esenciales en caso de una situación como esta”.

“Aún más importante, deberían haber mirado a lo que ocurría en otras partes del mundo y comprendido que era una cuestión de tiempo hasta que estuvieran en una situación similar”, dijo Kuppalli.

La experta describió como “un falso relato” las declaraciones prematuras de victoria sobre la pandemia, que hicieron que la gente relajara sus precauciones cuando deberían haber mantenido un estricto cumplimiento del distanciamiento social, el empleo de mascarillas y evitado las aglomeraciones.

El primer ministro, Narendra Modi, afronta crecientes críticas por permitir festivales hindúes y asistir a mítines electorales masivos, que según los expertos aceleraron los contagios.

Su gobierno nacionalista hindú intenta sofocar las críticas.

Twitter acató el sábado una petición del gobierno e impidió que los usuarios en la India vieran más de 50 tuits que parecían criticar la gestión gubernamental de la pandemia. Los tuits señalados eran de ministros opositores críticos con Modi, periodistas e indios de a pie.

Un portavoz de Twitter dijo que la compañía tiene competencias para “impedir el acceso al contenido sólo en India” si determina que el contenido es “ilegal en una jurisdicción concreta”. La compañía dijo haber respondido a una orden del gobierno y notificado a las personas cuyos tuits se habían ocultado

El Ministerio indio de Tecnologías de la Información no respondió a una petición de comentarios.