El MAS vuelve al poder en Bolivia un año después con Luis Arce

Arce fue investido en una ceremonia en el Palacio Legislativo en La Paz

El nuevo presidente de Bolivia, Luis Arce (2d), y su vicepresidente, David Choquehuanca (2i), salen al balcón del Palacio de Gobierno junto a Andrónico Rodríguez (d), presidente del Senado boliviano, y el presidente de diputados, Freddy Mamani (i), para participar del desfile Cívico Militar luego de la investidura presidencial hoy, en La Paz (Bolivia). Arce tomó posesión como jefe de Estado y de Gobierno en La Paz ante líderes como el rey Felipe VI de España y varios presidentes de países americanos. EFE/ Juan Carlos Torrejon

El nuevo presidente de Bolivia, Luis Arce (2d), y su vicepresidente, David Choquehuanca (2i), salen al balcón del Palacio de Gobierno junto a Andrónico Rodríguez (d), presidente del Senado boliviano, y el presidente de diputados, Freddy Mamani (i), para participar del desfile Cívico Militar luego de la investidura presidencial hoy, en La Paz (Bolivia). Arce tomó posesión como jefe de Estado y de Gobierno en La Paz ante líderes como el rey Felipe VI de España y varios presidentes de países americanos. EFE/ Juan Carlos Torrejon

La investidura del presidente de Bolivia, Luis Arce, supuso este domingo el retorno del Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales al poder, después de un año en el que el país tuvo un Gobierno transitorio duramente criticado por el nuevo mandatario.

Arce fue investido en una ceremonia en el Palacio Legislativo en La Paz ante líderes como el rey Felipe VI de España y los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; de Colombia, Iván Duque; y de Paraguay, Mario Abdo Benítez, además de representantes de otros países de América, principalmente, de Europa y de Asia.

Quien fue ministro de Economía durante doce de los casi catorce años de Gobierno de Evo Morales juró el cargo con la mano en el corazón, mientras que su vicepresidente, el aimara David Choquehuanca, lo hizo con el puño izquierdo en alto, la señal que identifica al MAS.

Arce fue elegido con el 55,1 % de la votación en las elecciones generales del pasado 18 de octubre, que se repitieron un año después de ser anuladas las que habían dado entonces ganador para un cuarto mandato consecutivo a Evo Morales, entre denuncias de fraude a su favor que él niega.

El nuevo presidente arremetió en su discurso contra el Ejecutivo interino de Jeanine Áñez, al que tildó de "Gobierno de facto" y acusó de pisotear la democracia, sembrar "la muerte, el miedo, la discriminación" y perseguir a políticos y sindicalistas afines al MAS incluso con grupos "paramilitares".

La entonces senadora opositora Áñez asumió el poder el 12 de noviembre de 2019, después de que dos días antes Morales anunciara su renuncia denunciado que era forzado por presiones de militares y policías, entre otras.

"Este 8 de noviembre iniciamos una nueva etapa en nuestra historia", aseguró Arce, quien sostuvo que quiere gobernar "para todos" y "reconstruir" la patria para "vivir en paz" y con "unidad".

Palabras que contrastaron con el tono usado para referirse a sus detractores y su afirmación de que gobernará sin odio pero con justicia.

Arce mencionó entre sus principales retos la recuperación de la economía del país, de la que advirtió de que padece una profunda recesión no solo por la pandemia mundial de la covid-19, sino por lo que consideró una pésima gestión del Gobierno saliente.

Choquehuanca fue más conciliador en su discurso, en el que abogó por recuperar las raíces culturales, buscar coincidencias con la oposición y por que ya no haya "más abuso de poder".

PROTESTA Y CRÍTICAS OPOSITORAS

El acto estuvo matizado por la protesta del principal grupo de oposición en el Parlamento boliviano, Comunidad Ciudadana (CC) del expresidente y excandidato Carlos Mesa, en contra de un cambio del reglamento del Legislativo que consideran que favorece al MAS y limita a la oposición.

Los legisladores de CC se manifestaron en plena ceremonia con pancartas que reclamaban "¡No al abuso de poder! Dos tercios es democracia", para luego retirarse del Parlamento junto a Mesa, en medio de gritos e insultos del oficialismo.

La protesta responde a la actitud "absolutamente prepotente e inaceptable del MAS que, aprovechando el cierre de la anterior legislatura, ha modificado los reglamentos de las dos Cámaras", sostuvo Mesa.

En las recientes elecciones generales, el MAS logró la mayoría parlamentaria, pero no pudo revalidar los dos tercios que ostentó en los dos últimos periodos legislativos.

Los parlamentarios salientes cambiaron el reglamento para que el Legislativo pueda aprobar con mayoría simple asuntos como el ascenso de cargos militares y policiales, o la designación de embajadores.

El MAS justificó que las modificaciones buscan agilizar la labor legislativa, pero la oposición considera que fue una maniobra para mantener el control en la Asamblea.

Otros opositores, como el expresidente Jorge Quiroga o el empresario Samuel Doria Medina, criticaron en Twitter el discurso de Arce.

Quiroga cuestionó que mientras Choquehuanca "llama a la concordia", Arce no tiene respuestas a la crisis económica que él mismo "nos legó" y "solo culpa a lamentable gestión de transición".

"Memoria contradictoria. El vicepresidente Choquehuanca habló de la unidad y el reencuentro de todos los bolivianos. Inmediatamente lo desmintió el presidente, que se ensañó contra el periodo de transición y habló solo para el 55 % que votó por él y se olvidó del 45 % que no lo hizo", escribió por su parte Doria Medina.

La otra fuerza opositora con representación parlamentaria, la alianza Creemos, no asistió a la investidura de Arce en protesta por los cambios del reglamento legislativo, pero su líder, el excandidato Luis Fernando Camacho consideró en Facebook que "hoy es un mal día para la democracia".

"Quienes nos robaron el voto el 2019 asumen un Gobierno con unas nuevas elecciones cuestionadas", sostuvo Camacho, quien tomó relevancia nacional durante la crisis postelectoral de 2019.

Tras los actos protocolares, los sindicatos de obreros, indígenas y campesinos afines al MAS, además de las Fuerzas Armadas, desfilaron en la plaza Murillo, sede del Gobierno y el Legislativo bolivianos.

Áñez ya dijo el día antes que se retiraba a su hogar en la Amazonía boliviana, si temor a defenderse de posibles procesos de quienes la "acosan" y sin que nadie de su gabinete acudiera a la ceremonia en La Paz, donde Arce no pudo evitar algunas lágrimas de emoción al tomar el relevo al frente de Bolivia.