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Vendía miel para sobrevivir, pero Mel Gibson amenazó con demandarla

“Somos los abogados de Mel Gibson”, decía la carta, enviada por un bufete que representa a varias celebridades

Yohana Agurto en su casa en Santiago de Chile, donde empaca la miel con su equipo, el 17 de agosto de 2020. (Víctor Ruiz Caballero/The New York Times)

Yohana Agurto en su casa en Santiago de Chile, donde empaca la miel con su equipo, el 17 de agosto de 2020. (Víctor Ruiz Caballero/The New York Times)

Fue una empresa nacida de la desesperación.

A los cuatro meses de cuarentena, Yohana Agurto, una maestra desempleada en Chile, se distraía viendo las redes sociales para no pensar en que sus ahorros menguaban y debía alimentar a sus cuatro hijos.

Sintió la inspiración de las musas cuando ella y su novio veían una publicación con una fotografía del actor estadounidense Mel Gibson y se acordó, gracias al parecido de las palabras "Mel" y "miel", de que en su alacena tenía mucha miel orgánica guardada.

Sin pensarlo mucho, Agurto le pidió a un amigo diseñador gráfico que dibujara un logo con una escena icónica de la película “Corazón valiente”, imprimió algunas etiquetas en casa y las pegó en frascos de vidrio.

Así nació Miel Gibson, un negocio pequeñísimo y de lo más rudimentario que, como reza la etiqueta, era “solo para corazones valientes”.

Se anunciaba en las redes sociales y de boca a boca; recibía pedidos suficientes para mantenerla un tanto ocupada y pagar los gastos familiares. Entonces, un correo electrónico muy poco deseado llegó a la bandeja de entrada de Agurto con el título “Cese y Desista/Miel Gibson.”

“Somos los abogados de Mel Gibson”, decía la carta, enviada por un bufete que representa a varias celebridades. “Nos hemos enterado de que está usando ilegalmente el nombre y/o la imagen y/o la biografía del Sr. Gibson para comercializar o vender productos de miel”.

Al inicio, Agurto quiso pensar que todo era una broma cruel, pero, ya que le quedó claro que era una advertencia legal de verdad, entró en pánico.

“Me di cuenta de que me enfrentaba a Goliat”, dijo en una entrevista.

Unos amigos le dijeron a Agurto que ignorara la carta, que ningún abogado estadounidense iba a perder tiempo en pelear con una mujer que vende miel desde su casa en la capital de Chile durante una pandemia.

Pero otros le advirtieron que los estadounidenses son litigiosos a más no poder, contó Agurto, por lo cual borró el correo electrónico que había creado para el negocio, con la esperanza de que todo el asunto desapareciera.

“Me sentí terriblemente angustiada”, relató Agurto, de 40 años, en una entrevista telefónica. “Pensé que podría tener que pagar multas. ¿Qué le iba a pasar a mi familia, a mi economía? Soy una madre soltera con cuatro hijos que dependen de mí”.

La cuarentena de Chile ha sido de las más duraderas y estrictas del mundo, y el país está en plena recuperación de una de las tasas de infección per cápita más altas. Hace poco, el gobierno permitió que los chilenos pudieran usar su fondo de pensión antes de tiempo a fin de proveer un sustento a millones de personas a las que no les alcanza el dinero, ya que diversos sectores de la economía siguen paralizados.

Tras unas noches de desvelo, Agurto decidió que había invertido demasiado tiempo y esfuerzo en su marca de miel artesanal como para parar sin más. Pensó en cuánto admiraba a William Wallace, el guerrero escocés que interpretó Mel Gibson en “Corazón valiente”, y decidió hacer pública la amenaza legal.

Su lucha recibió mucha cobertura noticiosa llena de empatía, en Chile y otros lugares, consejos legales gratuitos y un aluvión de nuevos pedidos. El lunes, Agurto dijo que los mensajes de posibles clientes le llegaban por mensajes de texto y en sus redes sociales a tal velocidad que apenas y podía leerlos.

Los mayoristas a los que les compra su miel ya casi no tienen producto.

“En las noches solo duermo tres horas”, dijo. “Tengo cientos de mensajes a los que no he respondido”.

María José Arancibia, una abogada en Chile que representa a Agurto, dijo que había contactado a la abogada del actor, con la esperanza de negociar un acuerdo. Arancibia afirmó que Miel Gibson tiene la intención de seguir usando ese nombre, pero planea quitar la efigie del actor de la etiqueta.

Las empresas y las celebridades envían rutinariamente cartas de cese y desiste a las personas que se benefician sin autorización de imágenes, nombres y logotipos protegidos por derechos de autor. La abogada de Gibson, Leigh Brecheen, dijo que su cliente no está buscando arruinar a Agurto.

“Nada de esto tiene el objetivo de impedir que alguien se gane la vida o cree un negocio”, dijo en una declaración enviada por correo electrónico. “Pero hay canales apropiados para contactar y autorizaciones que necesitas para asegurarte de que tienes la aprobación para tal uso”.

Sin importar cómo se resuelva el asunto, Agurto dijo que por cortesía le encantaría mandarle una muestra de Miel Gibson a Mel Gibson y, también, que le gustaría que supiera que estas vicisitudes no han disminuido su admiración por él.

“Mi motivación no era beneficiarme de la imagen de una persona famosa”, dijo. “Vendía miel para sobrevivir”.