VOLODIMIR ZELENSKI
Presidente ucraniano espera un nuevo intercambio de prisioneros el domingo
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, indicó el sábado que esperaba que se produjera un canje de prisioneros el domingo entre Kiev y los separatistas prorrusos del este de Ucrania, algo que, si se confirma, sería una nueva etapa hacia una desescalada en este conflicto armado.
"El intercambio [de prisioneros] debe producirse mañana. Nosotros lo esperamos. Por ahora la identificación de todas las personas no ha terminado", indicó Zelenski a los periodistas, citado en un comunicado de la presidencia ucraniana.
Horas antes, los separatistas prorrusos anunciaron que habían llegado a un acuerdo con las autoridades ucranianas para intercambiar a varias decenas de prisioneros el domingo.
Según Daria Morozova, portavoz de los separatistas, las dos repúblicas autoproclamadas de Donetsk y Lugansk, en el este del país, recibirán 87 prisioneros y Kiev, 55. La responsable no dio ninguna información adicional sobre la identidad de estos prisioneros.
Los medios de comunicación rusos explicaron que la entrega de detenidos se va a producir en la línea de frente.
Según informaciones de la prensa ucraniana, no confirmadas por las autoridades, los separatistas podrían liberar principalmente a presos de guerra ucranianos, pero también a activistas o periodistas pro-Kiev.
De lado ucraniano, un tribunal de la ciudad de Kharkiv liberó el sábado a tres hombres condenados a cadena perpetua por haber preparado un atentado en febrero de 2015, informó un periodistas de la AFP.
Citado por la agencia Interfax, el fiscal ucraniano sostuvo que fueron liberados porque deben figurar en el intercambio.
Otros medios ucranianos señalan que la operación podría incluir a expolicías antidisturbios detenidos en Ucrania durante la sangrienta represión de las manifestaciones de la plaza Maidán en 2014, que expulsaron del poder a un presidente prorruso.
Inicio de distensión
Este intercambio se prepara desde el encuentro celebrado en París a principios de mes, entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y el ucraniano, Volodimir Zelenski, con la presencia de los dirigentes franceses y alemanes.
Era la primera vez que Zelenski veía a Putin cara a cara. El nuevo jefe de Estado ucraniano, un exactor, lleva a cabo una paulatina flexibilización de su política hacia Rusia, sobre todo en lo que respecta al conflicto en el este del país.
En septiembre, Kiev y Moscú ya intercambiaron 70 detenidos, entre ellos algún rostro conocido, como el cineasta ucraniano Oleg Sentsov, liberado por Moscú.
Además, los dos bandos retrocedieron en tres puntos de la línea de frente y deben producirse otras retiradas similares antes de finales de marzo.
Por último, Moscú devolvió a Kiev varios navíos de guerra ucranianos aprehendidos por Rusia.
Ucrania acusa a Moscú de financiar y armar a los rebeldes, algo que Rusia niega, argumentando que su papel es humanitario y político y consiste en proteger a las poblaciones locales en zonas rusohablantes.
El conflicto en el este de Ucrania ya ha dejado 13.000 muertos desde que estallara en 2014, unas semanas después de que Rusia se anexionara la península de Crimea.
Acuerdo político en el aire
La firma de los acuerdos de paz de Minsk, en 2014 y 2015, puso fin a los violentos combates, pero el alto el fuego previsto nunca se ha aplicado y los enfrentamientos armados son casi diarios. Paralelamente, tampoco se ha avanzado hacia un acuerdo político para poner fin al conflicto.
En el encuentro de París de principios de diciembre, tampoco hubo avances concretos como la retirada del armamento pesado, la restauración del control de Kiev en su frontera con Rusia, una mayor autonomía para los territorios bajo control separatista o la organización de elecciones locales en estas regiones.
En ambos bandos, las posiciones parecen ser irreconciliables en algunos puntos.
Zelenski descartó, por ejemplo, cualquier elección o aumento de la autonomía mientras haya grupos armados que estén "ilegalmente" en territorio ucraniano.
Putin envió por su parte un mensaje de apoyo a los rebeldes al descartar de plano que se prevea devolver a Kiev el control de la zona de frontera.
"Imagino qué podría suceder en ese caso. ¡Srebrenica!", lanzó el presidente ruso, refiriéndose a la masacre de 8.000 personas perpetrada por los serbios de Bosnia, en 1995.